En el Perú, cada año miles de animales silvestres son cazados, sacados de sus hábitats y vendidos de manera ilegal como mascotas. Esto representa una grave amenaza para la biodiversidad y la salud humana, señala un reciente informe publicado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Ante ello y con el fin de fortalecer la lucha contra esta actividad, recomiendan que Perú incluya al delito de tráfico ilegal de vida silvestre entre los delitos de crimen organizado.
En el marco del Día Mundial de la Vida Silvestre, que se celebra cada 3 de marzo, Servindi difunde el informe de USAID, el cual puede revisar ingresando a este enlace: https://bit.ly/303SWIf
Tráfico de especies en Perú
Según el informe de USAID, entre el periodo 2000-2016, las autoridades del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) confiscaron 66,937 individuos en el Perú.
Entre estos individuos figuraban aves, mamíferos, reptiles y anfibios correspondientes a 342 especies.
De ellas, 159 son especies incluidas en los Apéndices de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
Y 21 especies se encuentran en peligro, tales como el cóndor andino, el perico macareño y el pingüino de Humboldt.
Ruta del tráfico de especies en Perú
El documento también señala que las regiones que registran mayor cantidad de intervenciones por tráfico de vida silvestre son La Libertad, Lima, Loreto, Lambayeque y Ucayali.
Además, apunta que la mayor cantidad de animales silvestres o subproductos es comercializada en los mercados de abasto de Lima, principalmente en Cercado, San Juan de Miraflores y Puente Piedra.
No obstante, advierte que el 80 % de los animales silvestres comercializados en Lima proviene de las regiones de San Martín, Loreto, Ucayali y Madre de Dios.
Peruanos desconocen el delito
Pese a que el tráfico ilegal de vida silvestre es considerado un delito en Perú, el informe también revela que para muchos peruanos este sigue siendo “un delito invisible” ya que lo desconocen.
Una encuesta realizada a 362 personas en agosto de 2020, arrojó que el 38 % mostraba desconocimientos o poco conocimiento sobre el contrabando o venta ilegal de fauna.
Mientras que el 43 % refirió poco o nulo conocimiento sobre los delitos ambientales.
“Al hablar de tráfico ilícito de vida silvestre, pocos lo identifican como un delito, pues no tienen claridad sobre el tema y manejan poca información al respecto”, apunta el informe.
Fuente: Servindi