PIURA. Recientemente, un grupo de autoridades del balneario piurano de Máncora alertaron sobre la construcción de un cerco perimétrico en una zona de bosque seco, humedales y que es hábitat de aves endémicas y migratorias. El área se ubica en la margen izquierda de la desembocadura de la Quebrada Fernández.
Stakeholders reportó que unos días después las autoridades locales inspeccionaron la zona con el jefe del Serfor de Sullana, Hermenegildo Cortez, personal de la Policía Ecológica de Piura y de la municipalidad de Máncora. En el recorrido -y tal como consta en las actas a las que accedió Stakeholders- observaron montículos de algarrobos cortados y palo verde; así como obreros trabajando en la construcción de un cerco perimétrico.
Según la Policía Ecológica y el Serfor el dueño del terreno no contaba con autorización para talar especies protegidas como algarrobo o palo verde. Asimismo, Alexander Peña, jefe de la División de Asuntos Comunales y Ambientales de la municipalidad de Máncora señaló que su área tampoco había autorizado la construcción de ningún cerco en esa zona.
Zona de humedales y aves migratorias
Lucía Echecopar, presidenta de la Asociación Ambiental de Máncora, explicó a Stakeholders que dicha área se encuentra ubicada en una zona de humedales y que es refugio de aves endémicas y migratorias. “Es un lugar protegido por su biodiversidad. Está cerca del mar y es muy atractivo, pero también es hábitat de aves migratorias. Tiene un valor ecológico incalculable”, indicó.
El día de la inspección, en el lugar se halló a un grupo de obreros y al vigilante que se identificó como José Olivos Hidalgo. Él señaló al señor Julio Valiente como el dueño del terreno. Al respecto el fiscal ambiental de Sullana, Néstor Sosa, dijo a Stakeholders que su despacho abrió el viernes pasado una investigación preliminar por 60 días. “Ya hemos ido a constatar los daños en la zona y hemos citado a todos los involucrados”, indicó.
Es preciso señalar que Máncora es una de las playas peruanas más conocidas a nivel mundial por su belleza. Sin embargo, desde hace un buen tiempo también es presa de traficantes de terrenos, atentados al medio ambiente y desorden causado por veraneantes inconscientes, informó Stakeholders.