Unos 2 500 algarrobos y 2 500 faiques fueron plantados en 100 hectáreas en el caserío San Pedro del centro poblado menor Tejedores, distrito de Tambogrande, provincia de Piura, como parte del Plan de Reforestación que emprende el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) para aprovechar el periodo de lluvias.
La actividad se realizó con el apoyo de la Municipalidad Distrital de Tambogrande, Agro Rural y la Asociación de Pequeños Ganaderos El Cerezo de dicho caserío, cuyos asociados tendrán la responsabilidad de garantizar la conservación de la plantación.
El representante de dicha asociación, Raúl Montero Arrunátegui, destacó la importancia de la reforestación en los periodos de lluvias. “El campo no solo nos da los recursos naturales, tenemos la obligación de mantenerlos y cuidarlos, porque además complementan actividades como la agricultura y ganadería. No los vamos a defraudar con el proyecto”, dijo.
En tanto, el teniente gobernador del caserío San Pedro, Eliberto García Córdova, resaltó la participación interinstitucional para recuperar las áreas degradadas; asimismo solicitó a las autoridades apoyo para facilitar las vías de acceso al sector.
Por su parte, Juan Otivo Meza, responsable de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Piura, oficina descentralizada del Serfor, reconoció el emprendimiento de las asociaciones piuranas, que se suman al esfuerzo de aprovechar las lluvias, mediante la reforestación para recuperar la cobertura arbórea.
Indicó que el mes pasado se sembraron 20 kilos de semillas de algarrobo en aproximadamente 250 hectáreas de terreno deforestado por la tala indiscriminada en el centro poblado Monte Castillo del distrito de Catacaos, también, con el apoyo de Agro Rural y la Asociación Benjamín del Campo de Monte Castillo.
Además, hizo un llamado a las organizaciones establecidas en el bosque, así como a las autoridades de las diversas instituciones de la región, a direccionar, también, su impulso y apoyo a fortalecer la recuperación de los bosques secos de la región, aprovechando las persistentes lluvias del denominado ‘El Niño Costero’.
El administrador técnico de la ATFFS resaltó los beneficios de las lluvias en el bosque seco. “En el bosque las lluvias fortalecen la reforestación y abastecen de agua los acuíferos subterráneos, utilizados en la época de escasez, tanto para los bosques naturales como para las plantaciones; contribuyen con la regeneración natural; acelera el crecimiento de la vegetación que evita la erosión de los suelos, entre otros”; dijo.
“Las alianzas con las comunidades, cooperativas, asociaciones, así como con las instituciones nacionales, regionales y locales, permitirán la recuperación de los bosques secos, que son sustento de miles de familias piuranas”; enfatizó.