Según un artículo de la revista Science, la deforestación en América Latina ha comenzado con la apertura de pistas de aterrizaje clandestinas, donde los traficantes talan los bosques, incluso en áreas protegidas de Honduras, Guatemala, Nicaragua y los países vecinos.
Estas personas desbrozan el terreno para crear rutas para el transporte de drogas y establecer operaciones agropecuarias que sirven para el lavado de dinero, señala la investigación.
Kendra McSweeney, autora principal del estudio y profesora de Geografía en la Universidad de Ohio, indicó que el tráfico de drogas ilegales y el cultivo de las plantas que las producen contribuyen a la rápida pérdida de bosques tropicales en América Central.
McSweeny asegura que la política antidrogas de los Estados Unidos en México ha generado que los traficantes se desplacen desde el 2007, “buscando nuevas rutas a través de áreas remotas para el transporte de sus drogas desde América del Sur”.
El documento indica también que la deforestación aumentó cada año más de cuatro veces en Honduras -entre 2007 y 2011-, coincidiendo con un incremento del tráfico de cocaína.