El analista en temas de seguridad y narcotráfico, Rubén Vargas calificó como una medida acertada del gobierno prohibir la venta de kerosene en la zona del valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE, pero precisó que esta medida debe ir acompañada con la erradicación de la corrupción en la Policía Nacional y con un control efectivo de las principales vías de acceso al VRAE.
En conversación con el noticiero INFOREGION Noticias que se emite por radio Atlantis en Huamanga, Vargas desmintió que la prohibición de comercializar kerosene en el VRAE perjudique a las familias en extrema pobreza como han manifestado algunos dirigentes en las radios locales.
“Los pobladores del VRAE, en su gran mayoría, usan gas doméstico y leña como combustible y utilizan el kerosene en cantidades mínimas” precisó.
Con documentos en regla
El experto insistió en poner énfasis en la corrupción policial y en controlar las vías de acceso al VRAE, debido a que en la actualidad un considerable número de camiones cisternas vienen operando en la zona, entre Quinua y San Francisco, con todos sus documentos en “regla” y hacen pasar el kerosene como si fuera gasolina.
Sin embargo, alertó que en realidad la carga real es de kerosene para los laboratorios del narcotráfico.
Advirtió además que las mafias del narcotráfico ya están reemplazando el kerosene por otros combustibles, como gasolina, para la elaboración de estupefacientes.
“El narcotráfico tiene un gran poder y haciendo uso de una tecnología mínima puede sustituir al kerosene con otros combustibles similares. Ellos tienen profesionales y químicos y por ejemplo en Colombia han logrado sustituir al kerosene por gasolina, para la elaboración de PBC” reveló.
Precisó que por ello hace falta acompañar esta norma de prohibición con otras complementarias que permita tener una mayor efectividad en evitar la elaboración de droga en el VRAE.
En otro momento recordó que no solo se requiere de kerosene para la elaboración de PBC, sino que también son muy usados otros insumos como la cal, acetona, ácido sulfúrico y otros que vienen siendo usados por la minería y que son desviados utilizando diversas rutas hacia el VRAE. “Entran por el río Tambo y Ene para luego surcar el Apurímac y de allí desviar los insumos hacia los laboratorios de droga” señaló.
Rediseñando estrategias
En otro momento, Vargas consideró que la puesta en vigencia del sistema de recompensas para lograr la captura de mandos senderistas es otra medida acertada y que dio buenos resultados en la estrategia antisubversiva utilizada en el Alto Huallaga.
Indicó que la medida permitirá además la colaboración de los pobladores de la zona donde actúan los remanentes senderistas, generando desconfianza en los mismos “camaradas” y creando zozobra en las huestes de Víctor Quispe Palomino (c) “José”.
“Esta iniciativa requiere de una intensa campaña de comunicación para que de frutos y los mensajes puedan llegar hasta donde están los senderistas, que sepan que su cabeza tiene un precio y que pueden ser delatados inclusive por sus propios compañeros”, agregó.
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