Piden conciliación al más alto nivel con todas las partes involucradas en caso Majaz

El renombrado ecólogo Antonio Brack Egg formuló un llamado para que el conflicto entre los comuneros de las provincias de Ayabaca y Huancabamba en Piura  y la minera Majaz se resuelva de inmediato mediante una conciliación al más alto nivel del Estado con todas las partes involucradas.


 



Tras estudiar detalladamente el proyecto de inversión de la minera, Brack detalló que el proyecto Río Blanco que se pretende ejecutar en el distrito de Carmen de la Frontera, en la provincia de Huancabamba, no generará daños al medio ambiente ni a la actividad agropecuaria de la zona, al tiempo que despejó las dudas y el desconocimiento de los pobladores sobre los efectos de la actividad minera y que ha originado la convocatoria a una consulta popular contra Majaz para el próximo 16 de setiembre.


 


Brack descartó la contaminación de las aguas de los ríos de las comunidades, pues señaló que la mina se ubicará en la cuenca del río Blanco, es decir en la vertiente del río Amazonas que vierte sus aguas en el Océano Atlántico, en tanto que los ríos Quiroz y Piura que recorren las comunidades de esa región, se encuentran del lado donde las aguas van a desembocar en el Océano Pacífico.  


 


«La población teme la contaminación de estos ríos, pero estos se encuentran en otra vertiente y no reciben ni recibirán ni una gota del agua que pase por la mina», aseguró.


 


Otro temor de los comuneros, referido a la posible contaminación de las lagunas de «Las Huaringas» y de los páramos piuranos, también fue desechado por el científico.   «Las Huaringas y los páramos se encuentran a mil metros por encima del lugar donde se realizarán los trabajos de extracción y explotación de la mina y además a más de 21 kilómetros de distancia. No hay forma alguna de que reciban el agua del río Blanco», indicó.


 


El experto estudió asimismo la propuesta del funcionamiento de la mina a tajo abierto y detalló que las técnicas modernas de explotación minera permitirán que el polvo producto de las detonaciones retorne al tajo y no se esparza por el medio ambiente y aseguró que el molibdeno y el cobre se sacarán de la tierra mediante sistemas de flotación que además no requerirán insumos químicos como arsénico, mercurio o cianuro, que sí se utilizan en la explotación del oro.


 


Otra preocupación de los pobladores, referido a la posible contaminación del puerto de Bayovar hasta donde llegará el mineral para ser exportado, fue también despejada por Brack. «El mineral no llegará en camiones sino por un mineroducto directamente a una planta de tratamiento encapsulada, desde donde se enviará el material a los barcos mediante una faja transportadora también encapsulada hermética al medio ambiente», puntualizó.


 


Brack reconoció que durante siglos, en el país se realizaron prácticas mineras con lamentables impactos en el medio ambiente que ocasionaron la desconfianza de las comunidades, pero destacó que actualmente, la legislación peruana obliga a las mineras a trabajar con sistemas modernos conocidos mundialmente, como tecnología de minería limpia, que no ocasionan daños al medio ambiente ni a las tierras, agua ni a la salud de los pobladores y más bien permitirá el desarrollo sostenible de la zona.


 


Brack resaltó la preocupación por el medio ambiente que existe en Piura, pero demandó mayor coherencia, pues aseguró que todas las comunidades, caseríos y zonas urbanas echan sus residuos sólidos al ambiente, mientras que las aguas servidas y los desagües se vierten en la quebrada más cercana y en los últimos 20 años se ha duplicado el nivel de deforestación de los bosques piuranos sin que ni autoridades ni Comités de Defensa, ni dirigentes ni comunidades se pronuncien al respecto.