Mediante un extenso comunicado, una red de más de 30 instituciones y organizaciones que promueven el desarrollo urbano sostenible, solicitó a la Municipalidad de Lima que no se cambie la zonificación del valle de Lurín. Esto debido a la propuesta presentada por la Municipalidad de Lurín, donde se destinaría el valle agrícola de la zona a usos industriales, residenciales y comerciales de alta densidad; los terrenos de la cuenca baja con zonificación de Casa Huerta (CH2) y Agrícola pasarían a uso residencial de densidad baja y media.
Asimismo, la zona del trapecio de Lurín, en las inmediaciones del Santuario de Pachacamac, cambiaría de Zona de Tratamiento Especial (ZTE) a Comercio Especial (CE), compatible con Industria Especial e Industria I1; la zona costera cambiaría de Zona de habilitación recreacional (ZHR), Residencial de Densidad Media (RDM) y Comercio Zonal (CZ) a Comercio Metropolitano Especial compatible con Residencial de Densidad Alta (RDA); y los humedales de Quilcay no son mencionados y prácticamente desaparecerían cuando son un ecosistema sensible que requiere ser protegido, se menciona en el pronunciamiento.
La carta está dirigida a Carlos Mariátegui, presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano de la Municipalidad Metropolitana de Lima, y detalla las observaciones de las instituciones que firman el comunicado a la propuesta de reajuste de zonificación presentada por la Municipalidad de Lurín y que se encuentra en proceso de consulta por el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP). Entre las observaciones, detalla el comunicado, se señala que la iniciativa no cuenta con sustento técnico ni licencia social, además de que “afectaría gravemente el paisaje, los humedales y las tierras agrícolas del último valle verde de Lima en el entorno del Santuario de Pachacamac y del futuro Museo Nacional de Arqueología, actualmente en construcción”.
La iniciativa está liderada por la Plataforma MiCiudad, una red de instituciones y organizaciones que promueven el desarrollo urbano sostenible; el Foro Ciudades para la Vida (FCPV), asociación de organizaciones y municipalidades que promueven la sostenibilidad urbana; y Conurb, un grupo interdisciplinario de investigación en urbanismo, gobernanza y vivienda social de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, respaldaron con su firma más de 200 personas vinculadas a la arquitectura, urbanismo, cultura, arqueología, historia, ecología, vecinos, agricultores y pescadores de la cuenca de Lurín.
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Fuente: SPDA Actualidad Ambiental