El arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto, demandó a la minera Doe Run Perú a asumir su directa responsabilidad por los graves daños al Medio Ambiente y a la salud de los pobladores de La Oroya, y a realizar, por lo menos, un aporte ético que reclama la sociedad.
“Este aporte ético debe darse ya, porque se ha llegado a niveles que ya no se pueden aceptar”, indicó el prelado en una reunión conjunta entre la Iglesia Católica, el Concilio Evangélico Peruano (CEP), y la Iglesia Luterana.
Un reciente estudio de la Universidad de San Luis demostró que el 97% de los niños de La Oroya, entre cero a seis años, presentan elevados niveles de plomo en la sangre, factor que los hace propensos a enfermedades cancerígenas, y pese a las multas, juicios y hasta una sentencia del Tribunal Constitucional, la contaminación continúa subiendo en los últimos años al punto que se calcula que para el 2011, las emisiones de plomo en La Oroya serán once veces mayores que las del complejo de Doe Run en Herculaneum (EEUU).
Esta situación se agrava si se tiene en cuenta que el año pasado, Doe Run Perú generó 150 millones de dólares en utilidades; sobre ganancias que no se han visto reflejadas en la modernización del Complejo Metalúrgico de La Oroya, que emite 1.000.000 de kilos de dióxido de azufre, plomo y arsénico por día.