Pescadores artesanales de Pasamayo y Ventanilla niegan que playas estén libres de petróleo

«Repsol con todo su poder dice que Pasamayo está limpio, pero la verdad es que está hecho un desastre», afirma Gérman Melchor, conocido como ‘camello’. Él es presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales del Serpentín de Pasamayo Toma y Calla, área que comprende el distrito de Aucallama, una de las cinco zonas afectadas (Ventanilla, Santa Rosa, Ancón, Aucallama y Chancay) por el derrame de crudo ocurrido hace un año.

Sin embargo, Melchor comenta que ahora que ya se han formalizado, los pescadores se llaman por apellidos. Los mismos que usan para ir a protestar fuera de los ministerios y de la misma refinería La Pampilla, causante del desastre que los ha dejado sin su principal fuente de trabajo: la pesca.

Este jueves, diversas asociaciones de pescadores fueron al Ministerio de la Producción a exigirle un informe que señala el nivel de afectación que tendrían las playas actualmente.

Actualmente, Germán tiene 57 años, pero desde los 17 se dedica al oficio de la pesca, pues viene de una generación de pescadores. Sus hijos, hermanos, incluso su papá y abuelo fueron pescadores. Es, como él mismo comenta, un oficio de «toda la vida».

Fueron, aproximadamente, unos 11 900 barriles de petróleo que fueron vertidos en la costa de Lima; de los cuales, solo 2500 han sido extraídos del mar. «En Pasamayo, ¿quién va a consumir un pescado con petróleo?», se pregunta Melchor. «Ni el Estado ni la empresa se han pronunciado diciendo cuánto tiempo va estar contaminado [el océano]», enfatiza. 

Como Germán Melchor, Elizar Medina, alias ‘el loco escritor’, y presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales Orilleros de Costa Azul de Ventanilla, también ha sido pescador toda su vida. Él se desempeña en ese oficio desde los 13 años. Llegó a Ventanilla hace 34 años y formó su propia familia. Es originario de Chimbote, una ciudad al norte del Perú. «En Chimbote si no eres pescador te vas al campo a ganarte la vida», recuerda Medina.

Esta semana, Germán Melchor y un grupo de pescadores, visitó la playa de Pasamayo. Al levantar las rocas de la zona aún se podía observar que estas estaban llenas de petróleo.

Estos dos pescadores han tenido que darse una pausa en su principal actividad económica, pues la contaminación del mar les ha impedido desarrollarla. Según un último informe realizado por la Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), hasta noviembre del 2022 existían 71 sitios contaminados con hidrocarburos. Entre ellos se encontraban  las playas Cavero (Ventanilla), Las Conchitas (Ancón), Club Naval (Ancón), Pasamayo (Aucallama) entre otras.

Esta semana, como en todas las anteriores, Germán Melchor y un grupo de pescadores visitaron la playa de Pasamayo. Al levantar las rocas de la zona se podían observar que estaban llenas de petróleo. Por su parte, Elizar Medina también afirma que el olor a petróleo aún se siente en las playas de Ventanilla. Entonces, ¿es cierto que las condiciones para la reactivación económica y el ingreso de bañistas a las playas son las adecuadas?

Las contradicciones de Repsol 

El pasado 5 de enero, la empresa española Repsol anunció mediante un video publicado en su página oficial, que las condiciones están dadas para la reactivación de la pesca así como de la reapertura de playas afectadas por el derrame de crudo del que ellos mismos fueron causantes.

«Los resultados de nuevos muestreos del estado actual de las playas, agua, sedimento marino y la vida marina muestran que el 100% de los puntos analizados cumplen con los estándares de calidad internacionales más exigentes y normas nacionales», publicaba la empresa citada en su página de twitter.

Según Repsol, entre octubre y noviembre, la empresa Environmental Resources Management (ERM), una consultora ambiental, afirmaba que en la biodiversidad y fauna de las playas ya no existía presencia de hidrocarburos. No obstante, pescadores de una de las zonas afectadas contradicen esta afirmación.

«Hemos visitado las playas de Pasamayo y hay petróleo debajo de las rocas. A pesar de que nos exponemos nosotros, quizás por rabia, tocamos el petróleo. Esto quiere decir que no hay pesca, porque no hay productos. Y si los hay ¿están contaminados? No lo sabemos», advierte Melchor.

«No me dedico a la pesca desde hace un año. El mar no es nuestra oficina de trabajo, es nuestro hogar. Hay pescadores que no pueden pagar la universidad de sus hijos. Incluso hay parejas que se separan por temas económicos», sostuvo Alejandro Huaroto, rescatista y pescador de Aspefaea Pachacutec Ventanilla.

Como se recuerda, en enero del 2022, el Grupo Repsol del Perú S.A.C, empresa propietaria de la refinería La Pampilla, aseguraba no ser responsable de lo ocurrido en las playas del distrito de Ventanilla, ni de las zonas aledañas. 

Trabajos de limpieza en playa Pocitos (Ancon). Foto Diego-Perez / SPDA.

“Nosotros no ocasionamos el desastre ecológico. Yo no puedo decirte quién es el responsable. Estábamos haciendo una descarga desde el día anterior, llamamos a la Marina de Guerra sobre las alertas de las costas de Perú y no fallamos en las alertas”, declaraba Van Den Wall Bake, gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales de Repsol, en entrevista para RPP en enero del año pasado.

No obstante, el pasar de las semanas esclarecieron los hechos y las responsabilidades fueron atribuidas a la multinacional energética. «[Inicialmente, Repsol] señaló que había un área afectada de aproximadamente 2.5 metros cuadrados. Pero en el reporte final, que se presentó días después, se indicó que era más de 10 mil hectáreas”, refiere Katherine Melgar, directora de Supervisión Ambiental en Energía y Minas del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) para la organización Oceana.

En este sentido, debido a diversas contradicciones hechas por la empresa, el reciente video difundido por Repsol, en el que afirma que las playas ya están 100% limpias, genera grandes sospechas entre muchos pescadores y organizaciones civiles. «Repsol puede contratar todos los estudios del mundo, pero el infractor no tiene el rol de decir cuándo su afectación ya terminó, porque habría un conflicto de intereses muy evidente«, enfatizó Daniel Olivares, excongresista y actual director de Oceana.

Ave bañada con petróleo en la Playa Cavero (Ventanilla, 2022) Foto: José Vidal/ Oceana.

Asimismo, los pescadores reclaman que tanto el Ministerio del Ambiente, como la OEFA y el Ministerio de la Producción deben emitir estudios que corroboren lo que Repsol dice, pues hasta la fecha no se sabe por cuánto tiempo las zonas contaminadas por petróleo serán insalubres. «Repsol sale por los medios de comunicación a decir que las playas están limpias, descontaminadas, y es mentira. Son falacias. Nosotros nos vamos a quedar sin trabajo por años», lamenta Germán Melchor.

Por su parte, Elizar Medina enfatiza que se deben hacer investigaciones profundas sobre la contaminación del petróleo. Según un estudio realizado por la Universidad Agraria, se concluía que las playas afectadas por el derrame de petróleo por parte de Repsol ya se encontraban libres de hidrocarburos. No obstante, Medina afirma que esa investigación no es precisa. «Nosotros conocemos el mar y sabemos la dinámica. La marea en las orillas sube y baja. Cuando eso ocurre tapa el crudo, por eso ese tipo de estudios engañan», sostiene.

A la fecha, si bien OEFA ha emitido seis multas por S/ 70 millones a Repsol. Ninguna de ellas ha sido pagada. Tres de ellas fueron apeladas y las restantes están dentro del plazo legal para hacerlo. Además, dicho órgano fiscal también ha contradecido a Repsol señalando que las playas de Ventanilla aún no están aptas para recibir bañistas. Mientras eso ocurre los pescadores tampoco están seguros si los peces de las playas afectadas ya están libres de hidrocarburos.

«Los municipios, quienes tienen que abrir las playas, no pueden hacerlo ¿por qué deben tener autorización de la Digesa? Esta comenta que es el Minam quien debe darle el estudio que diga que ya están aptas las playas. O el Ministerio de Producción tiene que dar un estudio actualizado que le diga al pescador que el pescado que saca puede comerlo y venderlo. También, tienes al Ministerio de Energía que debe exigirle a la empresa que inicie sus procesos de remediación», reflexiona Olivares.

El día de hoy, en un evento realizado por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), el representante de Repsol, Luis Vásquez, comentó que, según las evidencias científicas hechas por la consultora ambiental Environmental Resources Management (ERM), el mar ya está limpio. » Han grabado con buzos toda la zona afectada, así como con drones submarinos. El petróleo no esta sedimentado. Todo ya está apto. El contenido de hidrocarburos es nuloo está debajo del límite de riesgo», enfatizó Vásquez.

No obstanete, el alcalde de Ancón, Samuel Daza, ha comentado que las playas seguirán cerradas debido a que no se puede afirmar que el mar esté limpio. En tanto, el nuevo burgomaestre de Ventanilla, Jhovinson Vásquez, también asegura que las playas aún no son aptas para bañistas.

Foto: Inforegión.

En este sentido, la Defensoría del Pueblo ha enfatizado la obligación de la empresa de compensar a los afectados por el derrame de crudo. “Si bien han habido adelantos que se han venido dando a partir de un acuerdo que suscribieron Repsol y la Presidencia del Consejo de Ministros, sí se requiere realizar una compensación completa a los afectados”, indicó Lissette Vásquez, titular de la Adjuntía de Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo.

Actualmente, diversas asociaciones de pescadores sostienen que las playas no están 100% limpias como la multinacional afirma. «Hoy [jueves 12] me iba a reunir con Repsol y me dijeron que ya no. Es que no quieren dialogar. Yo digo, si ellos creen que las playas están limpias, perfecto. Que ingresen conmigo, les vendemos las especies y que las coman. En respuesta, nosotros también las comeremos», enfatiza el pescador Elizar Medina. 

A un año del desastre ecológico dejado por Repsol, son más de 3 mil los pescadores y comerciantes que han visto su principal fuente de ingresos afectado. Después de cerca de 365 días, «camello» y el «loco escritor» no podrán recibir el verano como antes. Pues estos dos pescadores continuarán enfrentándose a las mentiras de la multinacional y la indiferencia del Estado. Continuarán luchando por un mar limpio y libre de contaminación. Mientras tanto, el petróleo se expande en las profundidades del mar; el mismo que con manchas negras nos advierte que el tiempo se agota. A un año, todos hemos perdido.

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