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El Perú y Bolivia comparten una amplia frontera que va desde la frontera con Chile, por el sur, pasando por el Altiplano, para terminar en la Amazonía, por el norte. Unas tres regiones peruanas están involucradas: Tacna, Puno y Madre de Dios. Desde la época preincaica, este espacio fue el escenario de nutridos intercambios culturales entre lo que hoy es Bolivia y el sur del Perú. Y en este ámbito, ambos países comparten varios espacios naturales, siendo uno de los más representativos el lago Titicaca, el más alto del mundo.
Por su extensión, en la frontera común existe una amplia gama de recursos naturales en fauna y flora de gran importancia que son necesarios para conservar. Sabido es que el lago, ríos y espacios naturales compartidos son amenazados por la minería ilegal, la tala, la deforestación, razón por la que se imponen políticas gubernamentales de alto aliento para combatirlos. En ese contexto se dio el reciente encuentro binacional encabezado por los presidentes del Perú, Pedro Castillo, y de Bolivia, Luis Arce.
Como parte de las negociaciones entre ambos países es que se suscribió la Declaración de La Paz, documento que ha servido de plataforma para el relanzamiento de iniciativas conducentes a garantizar una mejor labor conjunta en materia ambiental entre ambos países, entre otras medidas. Allí se subrayó «la importancia de continuar fortaleciendo la cooperación para recuperar los equilibrios ambientales y asegurar la diversidad biológica a través de la gestión integral y compartida de los recursos hídricos transfronterizos». Vamos a repasar algunos acuerdos que se registraron en la declaración.
Relanzamiento de la ALT
Ambos países «coincidieron en la importancia de concluir en el primer semestre del 2022 el proceso de reingeniería de la Autoridad Binacional Autónoma del Lago Titicaca (ALT) para promover una gestión eficiente e inclusiva del Sistema Hídrico Titicaca, Desaguadero, Popó y Salar de Coipasa (TDPS)». La ALT es una entidad creada por ambos países en 1992. Tiene a su cargo la gestión integrada de los recursos del Titicaca y la implementación del Plan Director Global, estudio sobre los recursos hídricos de la cuenca del lago. Contiene los parámetros para el uso responsable de sus recursos.
La medida reviste especial relevancia, dado que el lago es el recurso natural de que depende más de tres millones de personas. El futuro de especies de flora y fauna dependerá del uso sostenible de los recursos del lago. La ALT -cuya sede está en La Paz- está presidida por Juan Ocola. Esta entidad hizo un estudio científico sobre las especies endémicas del lago, así como estudios meteorológicos. Con su accionar se busca garantizar que el lago esté ambientalmente cuidado.
En ese sentido, el Perú designó como representante negociador al embajador Ignacio Higueras dedicado a diseñar los mecanismos de negociación con Bolivia para lograr que la reingeniería se de en el plazo indicado. Del lado boliviano está la embajadora Marisa Castro. Hay un proceso intenso de consultas entre ambos países. Desde el 2019, ambos estados expresaron su voluntad de implementar la reingeniería de la ALT ante los retos que plantean el cambio climático, el aumento demográfico y las actividades económicas. Con ello se busca una acción más solvente ante estos temas.
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Se espera que la iniciativa combata con mejores armas un panorama preocupante revelado el mes pasado por el mismo ALT: Los recursos pesqueros nativos del lago Titicaca están en proceso de agotamiento y extinción. La sobrepesca artesanal, incumplimiento de vedas, debilidad de programas de control, además de la contaminación de ríos serían las causas de extinción de peces nativos, ocasionando en un 90 % la reducción de recursos pesqueros en el lago, advirtió la ALT.
Otras iniciativas
Ante «la importancia del Lago Titicaca en la historia e integración de ambos países, así como para los pueblos que la habitan», la declaración dice que «ambos gobiernos avanzan en el proceso de consulta para la declaración del ‘Día Binacional del Lago Titicaca’. Con ello, ambos Estados podrán desarrollar «encuentros y actividades orientados a promover su conservación y relevancia ancestral, ambiental, cultural y económica». A ello se une que Bolivia reconoció al lago como «sujeto de derechos (…) con miras a la promoción de políticas públicas desde un enfoque ancestral de los pueblos, de respeto y defensa de la vida en el marco del Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra».
En cuanto a otros temas ambientales, se acordó dar continuidad a los trabajos bilaterales de descontaminación del río Suches y del río Madre de Dios, que reciben descargas de actividades mineras que deben ser objeto de regulación y control. En ese sentido, se condenó «enérgicamente» el efecto nocivo que se desprende contra el ambiente y la salud de las personas de parte de la minería ilegal. Con ello se busca precautelar «los derechos de las poblaciones ribereñas y los recursos hídricos y pesqueros, para lo cual, encomendaron el fortalecimiento de los mecanismos e instrumentos binacionales de gestión compartida».
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Al respecto, vale recordar que en marzo pasado autoridades peruanas corroboraron la contaminación ambiental en la cuenca de Suches, en Puno. Asistieron un representante del Ministerio Público y funcionarios de la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de la región. Se comprobó que las operaciones mineras en ambos lados de la frontera degradaban las agua del río y se resaltó la necesidad de enfrentar el asunto. En cuanto al río Madre de Dios, también ha sido castigado con la minería ilegal. Han sido numerosos los operativos que han destruido dragas, entre otras infraestructuras ilícitas usadas por mineros ilegales en este río.
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La Declaración de La Paz registró que ambos gobiernos darán prioridad a «la necesidad de trabajar de forma articulada para impulsar acciones de protección y conservación del altiplano boliviano-peruano, de los ecosistemas de montaña, de los bosques y de las actividades que se desarrollan en esas áreas». Ante lo dicho, queda esperar la implementación de las iniciativas citadas y así se combata y neutralice el avance de amenazas que degradan el ambiente en la zona fronteriza entre ambos países.