Con la utilización de biolarvicidas no contaminantes hechos a base de yuca, coco, espárrago y papa, los científicos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, con financiamiento del Programa de Ciencia y Tecnología, FINCyT, han controlado la reproducción de larvas de mosquitos transmisores de las enfermedades tropicales, caso de la malaria, dengue y fiebre amarilla.
El director ejecutivo del Programa de Ciencia y Tecnología FINCyT, Alejandro Afuso, sostuvo que esta entidad, con el cofinanciamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, apoya con recursos económicos la producción de bioinsecticidas e insecticidas para el control de mosquitos con la participación de la comunidad.
Biolarvicidas no dañinos para el hombre
“Lo novedoso del uso de los biolarvicidas es que sus costos son económicos y no son dañinos para el hombre, peces ni animales vertebrados, pudiendo extender su uso a nivel nacional”, señaló Afuso, quien detalló que esta investigación-innovación financiada por FINCyT es puesta en práctica en la comunidad de Salitral, provincia de Sullana, región Piura.
Al respecto, la coordinadora del proyecto en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Palmira Ventosilla, aseguró que el biolarvicida utiliza al Bacillus thuringiensis israelensis (Bti) para el control de las larvas (fase acuática del vector), y forma parte de los Proyectos de Investigación Básica Aplicada y Precompetitiva (PIBAP) que financia FINCyT.
“El Bti es tóxico para 72 especies de larvas de mosquitos y simúlidos (moscas negras), vectores de enfermedades tropicales y no afecta a vertebrados”, precisó.
Aseveró que la bacteria Bti es aplicada en los criaderos de larvas de vectores de la malaria, del dengue, fiebre amarilla, fiebre equina, entre otros, para ser ingerida por las larvas.
Informó que el Bti es una alternativa recomendada por la Organización Mundial de la Salud, OMS y se aplican en Estados Unidos, Europa, Colombia, pero su precio comercial es muy elevado, por lo que la investigación de la UPCH abarata los costos y podría ser masificado comercialmente en todo el país, especialmente en zonas endémicas de malaria y dengue (Piura e Iquitos), además de los arrozales (costa) y piscigranjas (selva).
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