Rómulo Pizarro, presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), señaló que el Perú necesita más recursos para enfrentar al narcotráfico y apoyar a los campesinos interesados en los programas de cultivos alternativos, como los casos de éxito de San Martín y el Alto Huallaga.
“El país debe darse cuenta que el narcotráfico no se queda con los brazos cruzados y ante cualquier duda o inacción de las autoridades avanza en su actividad ilícita” precisó.
Agregó que en el 2009 se incorporó en el presupuesto nacional recursos para la erradicación de cultivos ilegales de hoja de coca, a través del Plan de Impacto Rápido (PIR).
Mayor presupuesto
Sin embargo, lamentó que los recursos no fueran desembolsados y las 5 mil hectáreas por erradicar ahora son 10 mil.
“Tenemos que darnos cuenta de que el narcotráfico no se queda con los brazos cruzados, y que tenemos que poner recursos para enfrentarlos y por otra parte apoyar a los emergentes en cultivos alternativos”, aseguró.
En ese sentido, destacó la reducción en 25% de los cultivos ilegales en la zona del Alto Huallaga, debido al esfuerzo del Estado y sobre todo de los peruanos emergentes que apostaron por el desarrollo alternativo, como el cacao y el café.
“Es gente emergente, son productores empresarios los que están logrando que reviertan los cultivos ilícitos, porque más gente se da cuenta que el cacao es más rentable que la coca ilegal y les da seguridad a su familia”.
Pizarro denunció que muchos campesinos, vinculados a los programas alternativos son amenazados para que siembren y cambien de cultivo hacia la hoja de coca.
Recordó que a diferencia de Colombia y Bolivia, el Estado peruano reconoce la producción de hoja de coca para uso ceremonial de campesinos que están empadronados por la ENACO.