En el Perú más del 60% de las personas desaparecidas son mujeres y menores de edad. Así lo revelan cifras del Registro Nacional de Información de Personas Desaparecidas de la Policía Nacional del Perú, las cuales en el 2022 contabilizaron unas 18 882 denuncias. De estas, el 61% corresponde a mujeres adultas, adolescentes y niñas.
En los primeros seis meses del 2023, la tendencia siguió siendo la misma, según la misma fuente. En ese periodo se reportó la desaparición de un total de 8937 personas. De estas, 5341 (59.7%) fueron mujeres.
La cifra representó unos 200 casos más respecto al mismo periodo del año anterior. Pero, además, llama la atención que entre las personas reportadas como extraviadas al menos 100 fueran niñas y adolescentes de nacionalidad venezolana.
“Las cifras revelan que, en el caso del Perú, la desaparición de personas tiene rostro fundamentalmente de mujer”, aseguró Andrea Querol, presidenta de Capital Humano y Social Alternativo (CHS Alternativo).
Añadió que en el Perú las desapariciones están especialmente vinculadas al delito de trata de personas o alguna forma de explotación humana. En ese contexto, destacó el trabajo que realiza CHS Alternativo para prevenir dicha problemática. También destacó las alianzas que mantiene con diversas organizaciones para proteger a las mujeres y a niñas, niños y adolescentes.
Alianza mundial
Por ello, ocho organizaciones de varios países conformaron recientemente la Red Internacional de Asociaciones de Personas Desaparecidas (Riapd). Esto con el fin de unir esfuerzos y trabajar para que los casos de desapariciones puedan resolverse de manera rápida y eficiente, así como prevenir futuras desapariciones.
Se trata de las organizaciones Missing Children Argentina, Associação de Apoio e Busca por Desaparecidos do Brasil (AABD), Fundación Desaparecidos Chile, y Fundación Desaparecidos Colombia Huellas de Cristal. La lista sigue con Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), Asociación Sosdesaparecidos (España), Unión Regional de Búsqueda del Bajío, en México, y CHS Alternativo (Perú).
Querol enfatizó que Riapd permitirá “visibilizar la relación directa que existe entre la afectación de los derechos humanos en la región con situaciones como la violencia de género, las desapariciones forzadas o la trata de personas, y contribuirá al intercambio de experiencias para mejorar los mecanismos de búsqueda e identificación, con la finalidad de brindar soporte emocional a los familiares de las personas desparecidas y fortalecer los procesos de denuncia e investigación en cada país”.
Riapd se propone compartir metodologías de trabajo, como protocolos de actuación o cursos de búsqueda, y promover iniciativas internacionales que aumenten la difusión de alertas y posibiliten la prevención con el uso de herramientas digitales. Por ello, uno de los primeros proyectos que ha puesto en común es la búsqueda por reconocimiento facial, que fue implementada por la Asociación Sosdesaparecidos en España, el pasado mes de marzo.
Joaquín Amills, presidente de la Asociación Sosdesaparecidos, que será la organización coordinadora de la red internacional en los próximos dos años, dijo que Riapd es una herramienta, no solo para las personas desaparecidas y sus familiares, sino también de colaboración con los cuerpos de policía y autoridades gubernamentales de cada país. Todo ello para agilizar los procesos de búsqueda y facilitar ayuda en los casos de desaparición internacional.