Alentados por precios extraordinarios en el mercado internacional, las exportaciones de café peruano para el presente año generarían 1200 millones de dólares, una cifra extraordinaria no vista desde el 2011, que sumaron en ese entonces 1594 millones de dólares.
“Esta perspectiva será posible, si logramos embarcar no menos de 5 millones 700 mil quintales de 46 kilos, a un precio promedio no menor de 210 dólares, tomando como referencia las perspectivas del mercado internacional y la buena disponibilidad de café peruano” expresó Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café (JNC).
Dijo que se espera una cosecha no menor de 260 mil toneladas de café verde, de muy buena calidad, con creciente interés en el mercado internacional, que busca un buen sustituto de los granos del producto colombiano, afectado por desórdenes climáticos e incremento de plagas.
“Tenemos una coyuntura favorable para las familias cafetaleras peruanas, que tendrán un buen precio por segundo año consecutivo, aunque los costos de producción se han incrementado. Si hubiéramos implementado el Plan Nacional de Acción del Café, que consensuamos hace 5 años, tendríamos una caficultura peruana en mejores condiciones competitivas”, agregó.
Exportaciones enero-marzo 2022
Castillo informó que durante el primer trimestre de este año – enero/marzo- se embarcaron 1 millón 441 mil quintales, por un valor de 307 millones de dólares, volumen equivalente al 26.7% de la meta estimada. “Se trata de café de la cosecha del año pasado, que debido a las limitaciones navieras se reprogramaron los embarques para estos primeros meses, con las secuelas financieras para las cooperativas y empresas que se vieron obligas a este retraso”, precisó.
Refirió que las exportaciones del año 2021 sumaron 770 millones de dólares, por un volumen de 4 millones 245 mil quintales, equivalentes a 195,283 toneladas, mientras la cosecha de café verde fue de 5 millones 870 mil quintales, o 270 mil toneladas.
En cuanto a la campaña cafetalera del 2022, señaló que habrá una menor cosecha de 6%, en relación al año pasado, a consecuencia del estrés de las plantas por la cosecha pasada, generando una alternancia bianual en sus rendimientos, además de las secuelas de plagas de roya y broca, principalmente.
Inoperancia gubernamental
Dijo que un serio problema en la caficultura es el desorden crónico en las esferas gubernamentales, que incumplen los compromisos de trabajo concertado, y la incompetencia técnica y política para entender los procesos de articulación en la cadena de valor.
“Enfrentamos un maltrato crónico a los pequeños agricultores, por parte de funcionarios públicos, que alientan enfrentamientos entre nosotros. Ojalá que pronto se imponga la sensatez, a fin de que la gobernabilidad y transparencia facilite condiciones para la reconversión de la caficultura. Nos urge trabajar la adaptación al cambio climático e implementar un programa de “café peruano – cero carbono-”, finalizó el gerente de la JNC.