Una humilde niña de 9 años de edad, Susan Retis Espíritu, murió hoy carbonizada al incendiarse su precaria vivienda construida con material rústico en la localidad de San Alejandro, mientras su hermanita mayor de 12 años, Yanina se salvó milagrosamente, quedando con quemaduras de segundo grado.
El lamentable incendio ocurrió anoche, cuando ambas niñas fueron enviadas por su madre, una mujer que sostiene su hogar vendiendo comida, para que se vayan a descansar a su casa, sin presagiar la desgracia que iba a pasar más tarde.
Horas más tarde, los vecinos vieron que una de las casas de la junta vecinal Federico Basadre se comenzó a incendiar, por lo que corrieron para apagar el pavoroso incendio, pero las largas lenguas de fuego impidieron su trabajo y al final todo quedó reducido a cenizas.
Cuando todos pensaban que no había nadie en la vivienda, encontraron a la pequeña Yanina en estado de shock y con graves quemaduras. Repararon en ese instante que el cuerpo de la pequeña Susan se encontraba totalmente carbonizado en medio de los palos y cenizas.
Al enterarse del penoso hecho la atribulada madre protagonizó desgarradoras escenas de dolor y lamentaciones.
En medio del llanto y el dolor, Yanina contó que al llegar a su casa se estaban alumbrando con una linterna, pero ella por el cansancio se echo a la cama, mientras que su hermana menor se quedó tratando de prender el mechero.
Dijo que se quedó dormida por unos segundos, y luego se despertó de pronto cuando ya toda la vivienda se encontraba en llamas. Ella misma se encontraba quemándose por lo que salió corriendo, sin poder hacer nada por su hermanita.
Acongojados, los vecinos señalaron que este lamentable hecho ocurrió por la pobreza en la que vive la madre, pues sus escasos recursos económicos no le permiten contar con el servicio de energía eléctrica en su hogar. “Si la señora hubiera tenido el servicio de energía eléctrica, esta desgracia no hubiera pasado”, indicaron.
El alcalde de la municipalidad distrital de Irazola, Manuel Gambini colaboró con un ataúd para enterrar el cuerpo de la pequeña, en tanto que el velorio se venía realizando en la vía pública, en medio de la Plaza de Armas de San Alejandro, debido a que la infortunada mujer se quedó también sin su vivienda.