El Programa Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, destacó las trayectorias de las centenarias Esperanza Saldaña Auccapuclla, de 107 años de edad, nacida en Huancavelica; María Barboza Fernández de 116 años, natural de Cajamarca; y de Pilar Arias Alcoser de 101 años, en la región Junín.
A nivel nacional, el personal de Pensión 65 se desplaza por 1 874 distritos, atendiendo a 299 771 mujeres – madres, abuelas, bisabuelas y solteras – quienes son parte de los 540 mil adultos mayores en pobreza extrema que reciben la subvención bimestral otorgada por el Estado, así como servicios complementarios.
Según el padrón enero – febrero, 609 mujeres resaltan entre las 863 personas mayores de 100 años; la mayoría vive en la sierra. Asimismo, de los 33 super centenarios (mayores de 110 años) 27 son damas y 06 de ellas, residen en Huancavelica, se informó a INFOREGIÓN.
Esperanza Saldaña Auccapuclla (107 años)
Su memoria prefiere olvidar aquellos años difíciles de la subversión, cuando para salvar sus vidas, debían dormir en las cuevas de las montañas. Esperanza Saldaña es una mujer valiente que sobrevivió a esa etapa en el distrito de Santo Tomás de Pata, provincia de Angaraes, Huancavelica, en la frontera con Ayacucho.
Doña Esperanza, quien es quechua hablante y usuaria del Midis-Pensión 65, ahora es parte de una comunidad que se ha recuperado frente a la adversidad, como resultado de una mayor actividad comercial y producción agrícola.
Seis de los tres hijos que tuvo, fallecieron; sin embargo, se sobrepone al dolor recordando los buenos momentos vividos, como al conocer a su esposo, mientras pasteaba a sus animales y él le regaló caramelos; o montando a los chivos con sus primas; o revelando sus secretos para la longevidad: bañarse con agua de eucalipto, y comer puré de habas, mazamorras de calabaza con leche, o de molle con leche con bastante canela; y tortillas con huevos de corral.
Esperanza vive en el Centro Poblado de Anta; nació el 01 de agosto del año 1911, y pese a su dificultad para andar, por lo que se ayuda con un bastón, aun cuida sus sembríos de maíz, desyerba el maizal, recoge leña y cocina.
María Barboza Fernández (116 años)
A pocos días de nacer en Chota, la usuaria de Pensión 65 quien es super centenaria, fue llevada a Choropampa; debido a la falta de recursos económicos, desde niña trabajó en la chacra, y luego tejiendo. Con su primer compañero – quien falleció -, tuvo dos hijos, ambos con discapacidad física; después formó una nueva familia, cuyos frutos son sus cuatro hijos, quienes le dieron 17 nietos y 19 bisnietos.
“Mamita María” – como la llaman cariñosamente – asegura que ha podido vivir tantos años porque come alimentos sancochados como el maíz, trigo, frejoles, camotes, yuca, papa; que sus únicos condimentos son el huacatay, paico, azafrán y la manteca de chancho; y que solo consume cuyes y gallinas de corral.
Pilar Arias Alcoser (101 años)
Otro modelo de mujer es Pilar Arias, quien vive en Junín. Su vida estuvo llena de sacrificios y mucho trabajo, ya que al quedar viuda, tuvo que trabajar en la chacra para mantener a sus 12 hijos; además de tejer chompas, medias y guantes, para venderlas en el mercado.
En la actualidad vive en el Barrio Miraflores, en Tarma, junto a una de sus hijas a quien ayuda en las labores del hogar, además de cultivar algunos alimentos de pan llevar para su autoconsumo.
Como parte de la reforma emprendida, el Midis-Pensión 65 impulsa estrategias articulando con diversas instituciones, para que sus usuarios y usuarias accedan a un proceso de envejecimiento con dignidad.
Distinción a Rosalbina Valerio Valerio (80 años)
Las usuarias del Midis-Pensión 65 fueron reconocidas por el Gobierno, por aportar con su trabajo, experiencias y sabidurías desde sus comunidades, al desarrollo e inclusión en el país, como Rosalbina Valerio Valerio de 80 años, de Yauyos en Lima.
Rosalbina, quien es natural de Tupe, provincia de Yauyos en Lima, es protagonista del rescate de la lengua “jaqaru”, y enseña a los escolares este idioma, que está en peligro de extinción, mediante cuentos y mitos, como parte de la iniciativa Saberes Productivos. El jaqaru también ha sido reconocido como Patrimonio Cultural de la región Lima.
Rosalbina entró a la adolescencia aspirando a ser una profesora o enfermera, pero al fallecer sus padres, su vida cambió, pues se dedicó al comercio, quedándose soltera y compartiendo su vida con su hermana. Ella es usuaria de Pensión 65 desde el 2012 y, desde esa fecha, siente que su misión en la vida ha empezado.