El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ratificó la llamada Medida Provisoria 458 en beneficio de los grileiros, como se denomina a los ocupantes irregulares de estas tierras selváticas que se asentaron en territorios fiscales y no cuentan con títulos de propiedad. La decisión afecta a unas 67 millones de hectáreas de bosque en la amazonía brasileña y pone en peligro la biodiversidad de la zona porque las tierras «privatizadas» podrán ser explotadas para diversos cultivos y cría de ganado.
Del total de la selva brasileña, el 25 % ya está en manos privadas, y cerca del 28% lo constituyen reservas ambientales y tierras indígenas. Es decir, resta un 48 por ciento, y sobre ese porcentaje el gobierno brasileño estaría privatizando las 67 millones de hectáreas mencionadas, lo que pone en peligro la biodiversidad.
Tal como fue ratificada la ley por el Ejecutivo brasileño, una persona que llega a la Amazonía y reclama como propia una porción de tierra de hasta 400 hectáreas, podrá recibir un título sin que nadie verifique si realmente es ocupante de esa extensión.
Como se puede leer en la ley, tierras de hasta 100 hectáreas de superficie se darían sin cobro a los ocupantes, de 101 a 400 saldrían a la venta con un precio simbólico y de 401 a 1500 hectáreas serían vendidas a precio de mercado.Las de mayor extensión como las que irían de 1501 a 2500 hectáreas saldrían a subasta pública y las de más de 2500 hectáreas pasarían a manos del Estado las que podrían ser vendidas con autorización del Congreso.
Las tierras «privatizadas» podrán ser explotadas para diversos cultivos y cría de ganado. Pasados tres años, sus dueños podrán ponerlos a la venta.
Prestigiosos climatólogos piensan que la Amazonía sufrirá más sequías este siglo por efecto del cambio climático y por lo tanto será más vulnerable a los incendios, por eso se debe controlar la deforestación que hasta el momento promedia en un 1% anual de su superficie.
La Amazonía brasileña perdió entre febrero y abril de 2009, 197 Km2. de cobertura selvática, un área similar al territorio de una isla como Aruba.
Es 90,1% inferior a la devastada en el mismo período del año 2008 (1.992 Km2), según el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales, pero se aclaró que el área selvática destruida en el período puede ser muy superior a la anunciada debido a que la gran nubosidad en el trimestre afectó los cálculos realizados con imágenes de satélite.