La pava aliblanca, una especie que necesita más apoyo para su conservación

En el norte peruano vive una ave que se consideró extinta por 100 largos años, hasta que un ejemplar de esta especie fue identificada nuevamente por la ciencia. Nos referimos a la pava aliblanca (Penelope albipennis) que por esas cosas de la vida, tiene que desplegar su plumaje para así reparar en las plumas blancas que posee. Hablamos de una especie que solo habita en suelo peruano y les invitamos a conocer con nosotros un poco más de su realidad y los esfuerzos para su conservación.

Esta ave posee un plumaje negro con reflejos verde iridiscente en el dorso y en su larga cola. Su garganta desnuda tiene una bolsa gular roja, el pico es gris azulado que gradualmente se torna negro hacia la punta. Tiene patas rosadas a anaranjadas y plumas blancas en los extremos de las alas. En la cabeza, cuello y parte superior de la espalda tiene pintas longitudinales de color blanco, que por el pecho llegan hasta la base de las piernas.

Principales características de esa esbelta ave

Una característica particular de esta ave es que machos y hembras no tienen diferencias morfológicas externas. Su longitud va entre los 70 y 80 cm, el ala mide de 30 a 33 cm, la cola mide entre 30 a 35 cm y el tarso de sus patas alcanza los 8 cm. Llega a pesar hasta 2.15 kg en cautiverio, siendo su promedio 1.8 kg. Habita en el bosque seco montano tropical, preferentemente en quebradas, a lo largo de su área de distribución. Su hábitat cuenta con más de 60 % de cobertura vegetal y con la presencia de ojos de agua o «jagüeyes».

Área donde se encuentra esta especie

Según el Ministerio del Ambiente, su población en el 2018 oscilaba entre los 300 y 400 individuos en el medio silvestre, siendo el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa (Lambayeque) y el Área de Conservación Regional Bosques Secos de Salitral-Huarmaca (Piura), las principales áreas naturales protegidas que contribuyen a su conservación. Como se aprecia, el área donde se encuentra esta especie es reducida.

La pava aliblanca se alimenta de frutos, flores, hojas, vainas, yemas y semillas de las especies del bosque seco. Su dieta se compone de más de 20 especies vegetales del bosque seco, destacando por su importancia el higuerón, el frejolillo, el tuple y el overo. Esta ave alcanza la madurez sexual pasando los tres años de edad, y su tasa reproductiva es baja; se reproduce una vez al año. Es una especie monógama.

Ahora esta especie no solo está lejos de de la extinción, sino que su población se ha recuperado de manera notable. En agosto de 2018 la pava aliblanca pasó de ser considerada una especie en Peligro Crítico, la categoría más alta de amenaza en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), a En Peligro. Sin embargo, es preciso continuar medidas y acciones para asegurar la supervivencia de esta especie.

En pleno vuelo

Un ave que se creyó extinta

La pava aliblanca se creyó extinta hasta 1977, año en que fue redescubierta por Gustavo del Solar y John O’Neill, casi 100 años después de su descripción original. La historia científica de la pava aliblanca se remonta a 1876, año en el que el primer espécimen de la especie fue recolectado por el científico polaco Jean Stolzman en la isla La Condesa, en el delta del río Tumbes. Al año siguiente, dos ejemplares más fueron colectados en Piura y no se supo más de la pava aliblanca por 100 años, según confirma el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).

María Koepcke, fue la ornitóloga alemana que nunca perdió la esperanza de hallar al ave y encargó a Gustavo del Solar, agricultor y empresario que trabajaba en Olmos, Lambayeque, que la ayude a buscarla en los bosques de la costa norte. Este agricultor visitó bosques y quebradas. La incansable búsqueda terminó en septiembre de 1977, ocho años después del encargo, cuando Sebastián Chinchay, un campesino de Olmos, divisó un ave negra con alas blancas en la quebrada San Isidro. Buscó a Del Solar y este acudió con el ornitólogo John O’neill para capturarla.

El interés y pasión de Del Solar por la especie siguió creciendo y fue así como en 1978, un año después de redescubrirla, creó un programa de reproducción en cautiverio y reintroducción de la pava aliblanca. La crianza en cautiverio se realizó en el zoocriadero Bárbara D’Achille, fundado en Olmos en el año 1983 por Del Solar. Allí, especialistas se encargaban de alimentarlas y prepararlas para su reproducción y posterior liberación en su hábitat natural. Es así que prosigue hasta ahora el esfuerzo por conservar a esta especie.

Un ejemplar en su etapa temprana de crecimiento

Iniciativas para su conservación

En el Plan nacional de Conservación de la Pava Aliblanca emitido por Serfor (Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre – Perú) para los periodos entre 2016 y 2021, en coordinación con el Minam y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Se trata del primer plan nacional de conservación para una especie endémica del Perú. Su elaboración recibió aportes de representantes de universidades, instituciones científicas, ONG vinculadas a la conservación de diversidad biológica, gobiernos regionales y locales involucrados, etc.

La Resolución de Dirección Ejecutiva Nº 126-2016-SERFOR-DE aprobó esta herramienta que da un marco estratégico de referencia a los gobiernos regionales involucrados en la gestión sostenible de la especie. Además, la iniciativa contribuye con las metas de la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica al 2021 y su Plan de Acción 2014-2018, así como las Metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que establecen la necesidad de evitar la extinción de especies amenazadas.

Sobre el contenido de esta iniciativa, básicamente se resume en las siguientes líneas de acción:

-Ampliar el conocimiento sobre la especie, su hábitat y el manejo en cautiverio
-Evitar la caza y captura de ejemplares de pava aliblanca
-Reducir la deforestación y fragmentación del hábitat.

Un ejemplar adulto

Para que la ciudadanía en general sea consciente sobre la importancia de conservar esta especie, el Banco Central de Reserva (BCR) puso en circulación la quinta moneda de un sol esta vez alusiva a la pava aliblanca como parte de la serie numismática “Fauna Silvestre Amenazada del Perú”. El lanzamiento se realizó el pasado 14 de junio de 2018 . La imagen del ave se registra en el reverso de la moneda, en la parte central.

La belleza de esta moneda la hizo acreedora a un galardón

El noble objetivo de poner esta moneda en circulación tuvo un meritorio galardón, pues fue elegida como la «Mejor moneda de curso legal del año 2018». La ceremonia de premiación se realizó en la Real Casa de la Moneda de España, en Madrid, y tuvo lugar en octubre del 2019. La distinción se dio en el marco de la VI edición de los Premios Nexofil & Nexonum, que son otorgados a los mejores sellos y monedas del mundo.

Fuentes: Serfor, Mongabay, Canal N, Minam.