Casi desapercibido y rumbo al más estrepitoso fracaso transcurre el segundo día del paro convocado por un sector de los campesinos cocaleros que se oponen a la erradicación del ilegal cultivo que abastece al narcotráfico.
En Tingo María, las actividades cotidianas se realizan con absoluta normalidad, los niños han asistido a la escuela, los mercados atienden a una numerosa clientela y el transporte urbano e interurbano no se ha detenido.
Según el General PNP Edwin Palomino Vega, el dispositivo policial de seguridad se encuentra desplegado y en máxima alerta. Sin embargo, el pequeño grupo de cocaleros se encuentra reunido en su local institucional, a puerta cerrada, sin exhibir pancartas, en aparente espera.
En la zona de Aguaytía, los corresponsales informaron que se dio una ligera escaramuza entre un piquete de cocaleros, quienes intentaron bloquear la carretera, y un destacamento policial que mantiene la seguridad, sin mayores consecuencias.
Aquí también se ha dado un rechazo a las medidas violentistas y la ciudad continúa con sus actividades normales. En este momento, el paso de vehículos de carga y pasajeros se realiza sin obstáculos y ante la atenta mirada de la Policía Nacional.
Tocache también registró un día normal. Fuentes policiales informaron que los cocaleros ni siquiera se han reunido en su local gremial y que, en general, tanto en la ciudad como en el campo las personas se dedican a su trabajo como cualquier día.
Finalmente, en las ciudades del Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE), la actividad comercial registra un dinamismo como cualquier día. En la zona ayacuchana, cuyos cocaleros decidieron desde días antes no participar del paro, la población se alista a celebrar el día de Todos los Santos, lo que incluye una serie de ceremonias de corte religioso.