Para tener, ahorrar y dar más agua a todos

La gestión del agua y su distribución es muy desigual. Según investigaciones del Foro Ciudades para la Vida en Lima, en zonas céntricas residenciales, con tarifas no subsidiadas, reciben más agua, con más de 430 litros/persona/día; mientras que un grueso de la población, en zonas de ladera y de pobreza (donde bombear eleva costos a Sedapal), y cuyas tarifas sociales o subsidiadas, reciben menos de 50 litros/persona/día.

Prima la eficiencia económica en estas decisiones, Sunass no evalúa a Sedapal por su eficiencia hídrica. En otras palabras, Sedapal provee de menos agua al menos a dos millones de habitantes de Lima, con tarifa social o subsidiada y con mayor costo de provisión, y le otorga más agua a los que más pagan, fuera de las conexiones comerciales e industriales.

Pero, de esta manera no alcanza el agua para todos. Peor aún, más de un millón de habitantes de la ciudad no cuentan con conexión domiciliaria y se atienden por camiones cisterna, muy costosos y con agua de baja calidad.

Entonces ¿cómo hacer para que alcance, en cantidad y calidad, por igual a todos?, ¿qué hacer para que los mayores consumidores ahorren más agua?, y aquellos sin conexión puedan obtenerla sin necesidad de otra súper inversión en más represas y tuberías desde el Mantaro u otro río (a cuyos usuarios se les reduce su agua a su vez).

AHORRO NECESARIO
No sería necesario ni desalinizar (todavía más costoso). Esto implicaría hacer una distribución más equitativa del agua para resolver en gran parte el problema, es decir, que cada limeño accediera por igual a 80 litros/persona/día – más que suficiente – lo que implicaría implementar sistemas de ahorro de agua en casa mucho más agresivos. Aún no se hace, y no entendemos porqué.

Para la demanda del futuro, se siguen requiriendo más reservorios, sí, pero mínimas inversiones en ahorro por vivienda (incluyendo contómetros individualizados en edificios) podrían resolver el problema ahora. Los escenarios climáticos al 2040, indican que Lima sufriría sequías cada vez más severas, perdiendo más del 13% de sus fuentes de agua, sumado a las proyecciones de crecimiento poblacional (según INEI al 1,3% anual, a la baja), hacen más urgente, una gestión más eco eficiente y justa, el ahorro y baja sustantiva del consumo (de grandes consumidores), distribución equitativa, enfatizar el reciclaje y reuso (para irrigar más parques, usos industriales compatibles, etc.) y una inversión moderada en más reservorios.

Esta lógica más ambiental, aplica el concepto de ecoeficiencia que busca reducir consumos y, para atender las preocupaciones económicas de la gestión, que se duplique la tarifa! – o más si fuera necesario – pero solo a quienes consuman más de 150 litros persona día! (por dar un número de base) o incluso, que la mayor subida de tarifa sea directamente proporcional al mayor consumo.

Y no hay que alarmarse, esto no afectaría los bolsillos de los que ahorren, con una campaña agresiva de ahorro en paralelo se lograría, y como los más pobres son los que ya consumen menos, tampoco no los afectaría.

TODOS GANAN
Es decir, los que ahora consumen más y hasta despilfarran, de las zonas mejor atendidas de Lima, tienen que adecuar sus sistemas sanitarios para bajar su consumo a 80 litros/persona/día.

Todos ganan, ni Sedapal ni el país tienen que endeudarse tanto, ni subir la tarifa por esas grandes inversiones (generalmente concesiones público privadas que se pagan en los recibos de agua); los pobladores sin conexión obtienen agua en cantidad y calidad recomendable, la empresa sigue generando ingresos suficientes y las familias de zonas céntricas, al bajar a menos de la mitad sus consumos, pagarían casi igual o menos.

Para lograrlo, cada casa deberá hacer mínimas inversiones, cambiar a griferías ahorradoras y/o colocarles aereadores; cambiar las válvulas de retretes, por de dos tiempos, que usan 4,5 y 3 litros por descarga o menos (los antiguos usan 10 a 12), cambiar sus hábitos (cerrar el grifo al cepillarse dientes o rasurarse), separar aguas grises y reusarlas (riego por goteo), entre otros.

El pago mensual de agua no cambiaría tanto, pues por menor consumo, no sentirán la subida de tarifa, Sedapal mantiene sus ingresos con más clientes y más satisfechos, y con el agua potable que ahora produce, podrá proveer y seguir subsidiando a todos!.

Esta situación de desigual distribución empeora en la esfera rural, viéndola desde la cuenca, donde es la Autoridad Nacional del Agua quien otorga los derechos de agua y cobra las retribuciones a los usuarios. Allí los grandes consumidores son agricultores, mineras e industrias, que contradictoriamente, pagan mucho menos por metro cúbico.

PARADOJAS
Un poblador sin conexión de agua en Lima, paga aproximadamente 12 soles/m3 al camión cisterna; mientras que en zonas residenciales no subsidiadas de Lima pagan 2,50 soles/m3 a Sedapal; pero una minera, que consume ingentes cantidades de agua y genera aún mayores utilidades por su uso, por DS Nº 017-Minagri-2013, retribuye a la ANA entre 0,009 soles a 0.26 por m3.

¿Por qué un poblador pobre paga 12 soles versus 0.009 soles de una minera por la misma cantidad de agua?. Además, en realidad el poblador no conectado obtiene agua de baja calidad, no potable, mientras que la minera está usando (y generalmente ensuciando) el agua más cristalina y pura de la cabecera de nuestros ríos. Este es un desequilibrio, una desigualdad, una injusticia y una pérdida de ingresos de la gestión. Este es un problema grave de la democracia!.

¿Está tan fragmentada esta gestión que no se hace este tipo de conexiones y comparaciones? En este momento funcionan solo seis consejos de recursos hídricos en el Perú, ellos nos ayudarían a comprender mejor estos dilemas e inequidades y a resolverlos con una gestión más rentable, más democrática y más equitativa.

Se puede decir que no son servicios comparables, que no tiene por qué verse de esta forma, pero ¿por qué no?, según las leyes del mercado un recurso escaso y de alta rentabilidad debería ser vendido al mejor precio posible.

Como consumidor del agua, el poblador no conectado al sistema es, al final de cuentas, otro usuario de agua más, y la comparación entre lo que cada usuario paga en el país nos hablan de una grave distorsión.

Los comentarios están cerrados.