A veces el pensamiento lógico lineal adulto no es el más inteligente ni acertado de los pensamientos cuando se aplica en ámbitos como el educativo, prescindiendo del saber pedagógico de los especialistas. Por ejemplo, suelen razonar diciendo: «Mientras antes los alumnos aprendan a leer y escribir, tanto mejor. Tendrán ventajas». Y a partir de ello eligen centros de educación inicial que presionen a los niños para que aprendan a leer y escribir a los 5 años o antes, cuando al menos 2/3 de ellos no están maduros para disfrutar de ese aprendizaje.
Quizá aprenderán «a la fuerza», pero con el paso de los años los padres se preguntarán: «¿Por qué nuestros hijos no leen espontáneamente?», «¿Por qué no disfrutan de la escolaridad?». Y quizá entonces se preguntarán si haber aprendido a leer y escribir bajo presión, tortuosamente, llevó a sus hijos a disfrutar de los aprendizajes escolares posteriores, y si los problemas de motivación, conducta o rechazo total a áreas como matemáticas no tienen que ver con esas huellas del apresuramiento grabadas en la primaria.
Es curioso que en Finlandia, país líder del mundo en educación, se permita que los niños empiecen a leer formalmente recién a los 7 años. La lógica parece ser «es mejor que el alumno aprenda por sí solo, a empujarlo anticipadamente a que aprenda presionado». Ello debido a los efectos negativos que produce para el mediano plazo iniciar la escolaridad con miedos, angustias y rechazos. Junto con ellos, todo lo que el alumno aprenda por sí solo, por curiosidad y motivación propia, será mucho más estimulante y enriquecedor que aquello que aprende por presión de otros.
¿Qué sentido tiene que los padres asuman que lo que el niño no puede aprender a los 6 o 7 años, lo vaya a aprender a los 5 años? Si los padres realmente quieren que sus hijos disfruten de sus vidas escolares, dejen que aprendan las cosas con paciencia, que se diviertan aprendiendo; denles tiempo para entender sin mecanizarse, no presionen a los profesores a hacer algo que todos los entendidos dicen que es nocivo.