La problemática ambiental es el corazón de los debates en el sector extractivo, más aún con la aprobación del nuevo requisito 6 de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, en inglés) el pasado lunes. No podía pasar por alto este tema durante la Conferencia Global del EITI, es así que Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) junto con la German Development Cooperation (GIZ) organizaron el evento paralelo “Environmental reporting: An emerging practice responding to local and global demands in the extractive sector”.
Panelistas de diferentes partes del mundo Alemania, Zambia, Mozambique, Armenia, República Dominicana, Perú, Colombia y Filipinas (representando a gobiernos y sociedad civil), discutieron la situación actual de la divulgación de la información y las necesidades para que más países opten por este camino. Con la moderación de Alan McLean, vicepresidente de la empresa Shell y representante del Board por parte de las empresas, señaló la importancia del involucramiento del sector privado en la implementación del nuevo estándar para atender las demandas de la población local. Asimismo, funcionarios públicos como Friedrich Wilhelm (Alemania), Fred Landa (Zambia), Luis Alberto Mohoque (Mozambique) y Lusine Tomasyan (Armenia) mostraron su compromiso por la divulgación ambiental, sus avances en el tema y su preocupación por la degradación del medio ambiente. Maritza Ruiz, de sociedad civil del EITI República Dominicana, consideró que el principal reto del estándar será su cumplimiento pues, por ejemplo, en el caso de su país no tienen acceso a los informes de calidad ambiental y como país que ha firmado el Acuerdo de Escazú esto deberá cambiar y se podría reforzar con el estándar EITI 2019.
No hay que temerle a transparentar la información ambiental
“El nuevo estándar es una oportunidad para todos: gobiernos, empresas y sociedad civil. No le tengamos miedo a la transparentar información ambiental”, expresó Vanessa Cueto, presidenta DAR y representante de sociedad civil de EITI Perú. Además, indicó que sociedad civil peruana “ha elaborado un informe sombra de la transparencia ambiental en las industrias extractivas, experiencia replicable en otros países”. El informe propone involucrar a las entidades públicas vinculadas con la evaluación y fiscalización ambiental en los grupos multipartícipes del EITI para abordar estas discusiones”.
Ana Carolina González, representante de sociedad civil del Board del EITI 2016-2019, precisó que tras un esfuerzo de sociedad civil por lograr este estándar, se debe apostar porque la información que se revele, se identifique dentro de un proceso participativo, bajo dos principios básicos: la relevancia para la ciudadanía y el carácter público de la información. Invitó a que también formen parte del EITI, no solo las empresas con producción activa, sino aquellas que se encuentran en fase de exploración, pues los conflictos a raíz de la falta de información ocurren desde esa fase de los proyectos. “El EITI tiene como objetivo último que la población participe en toda la cadena de valor de la actividad extractiva, con información entendible y vital para la toma de decisiones, es decir, para la gobernanza”.
Por su parte, Cielo Magno, representante reelegida por sociedad civil en el Board del EITI, informó sobre la elaboración de un documento de análisis sobre el impacto de la transparencia ambiental en dos operaciones mineras en Filipinas, el cual ha ayudado a conocer del uso y los pagos por el recurso hídrico. Experiencia positiva que ayuda a entender la importancia del nuevo estándar. Por ello, los próximos pasos para conectar al ciudadano y a las comunidades con el EITI son que la información que se proporcione pueda “medir los impactos de las actividades extractivas, ir más allá de la cifra fiscal”.
Para César Gamboa, director ejecutivo de DAR, miembro reelecto en el Board, el nuevo desafío será la elaboración de la guía específica de implementación de este requisito a cargo de la Secretaría Internacional del EITI. “El esfuerzo y los aportes de sociedad civil serán fundamentales, como lo fue para la aprobación de este nuevo requisito,” el trabajo colaborativo de sociedad civil en el Board y la capacidad de diálogo con los otros estamentos del EITI.
Una de las conclusiones desde sociedad civil al finalizar el evento es que se necesita información sobre la línea de base ambiental; la relacionada con las evaluaciones y monitoreo ambiental; los pagos por licencias, compensación o remediación; todo ello desagregado por proyecto. De este modo, empieza una nueva etapa en el EITI, aún queda trabajo por hacer, pero desde sociedad civil se articulan sinergias para que lo logrado con el estándar no quede en el papel.
Fuerte: DAR