De acuerdo con una tradición anual, el 19 de setiembre el presidente de Brasil Michel Temer abrió el Debate General de la 72ª sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con un discurso. Como se esperaba, Temer hizo referencia a los compromisos “de primera hora” de Brasil con el desarrollo sostenible, citando específicamente los esfuerzos para disminuir la deforestación en la Amazonia, tema que ha generado mucha crítica internacional a su gobierno. Por otro lado, Temer no hizo ninguna mención a otro asunto espinoso para la diplomacia internacional brasileña: los graves ataques a los derechos de los pueblos indígenas en el país, y sobre todo en la misma Amazonia que el presidente reitera estar defendiendo.