Oposición a Majaz es consecuencia de la mala minería practicada en el país

La actual oposición de los comuneros de Piura a los trabajos de la minera Majaz es consecuencia de la desconfianza de los pobladores ante años de operaciones mineras contaminantes, sin estudios de impacto ambiental ni cuidados de protección, y que ocasionaron graves daños al medio ambiente y a la salud de los pobladores, estimó el experto en ecología Antonio Brack. 


 


“Aún seguimos sufriendo las consecuencias de una minería contaminante, sin responsabilidad ambiental y social practicada en el pasado y que ha generado la natural desconfianza de las comunidades rurales que, por desconocimiento, se oponen a todo tipo de minería porque no distinguen entre la minería contaminante de antes y la minería limpia y con estándares internacionales que se realiza hoy en todo el mundo”, explicó.


 


Detalló que a partir de 1997 se promulgaron nuevas normas legales para corregir esta situación, las cuales obligan a las mineras en operación a adecuar sus formas de trabajo de tal manera que la contaminación se reduzca al máximo a través de Planes de Adecuación Ambiental (PAMAS).


 


En tanto que los nuevos proyectos deben trabajar con sistemas modernos, conocidos como ‘tecnología de minería limpia’, que minimizan los daños ambientales, privilegian la relación con la comunidad y buscan su desarrollo económico y social.


 


Conciliación


Brack se mostró confiado en que finalmente se logre una conciliación entre los comuneros de las provincias piuranas de Ayabaca y Huancabamba y los representantes del proyecto Río Blanco que permita una convivencia que “traerá beneficios a los comuneros y desarrollo para la zona”.


 


Pidió por ello que el Gobierno insista en el diálogo al más alto nivel y no cometa anteriores errores de falta de información a las regiones y a las comunidades respecto de las concesiones mineras otorgadas, originando situaciones de rechazo como el actual.


 


“Sólo con diálogo y conciliación, sumado a una comunicación fluida desde el Estado  sobre las concesiones que otorga y sobre las nuevas tecnologías de la minería y de los beneficios reales que aportará a la zona,  se podrá  contrarrestar  el pasivo negativo que aún arrastramos por las malas prácticas mineras y que hoy ocasionan una cerrada oposición a las actividades mineras, por más que éstas apliquen tecnologías de bajo impacto ambiental que ya están probadas en otras partes del mundo”, aseguró Brack.