Como un duro golpe para la organización que lideran los hermanos Quispe Palomino consideró la jefa de Devida, Carmen Masías, a la operación denominada “Harpagón”, que permitió desarticular dos bandas criminales que financiaban a remanentes de Sendero Luminoso.
“La intervención en Atalaya (Ucayali) es un resultado contundente contra los Quispe Palomino. Demuestra que ha habido un trabajo exhaustivo y una labor de inteligencia amplia”, declaró la titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
Agregó que “el hecho de que caiga una organización tan grande dedicada al lavado de activos, muestra que hay un trabajo en serio de este Gobierno”, refirió.
La Policía Antidrogas y la Policía Antiterrorista realizaron una operación conjunta a fines de abril, que permitió la detención de los empresarios Antenor Zamora Cordero y Víctor Quispe Torres, a quienes se les atribuye financiar las actividades de los hermanos Quispe Palomino y lavar dinero que obtiene esta banda criminal del tráfico de drogas.
Esta intervención policial (denominada «Harpagón», por la obra del autor francés Moliere) permitió decomisar cuentas bancarias por 24 millones de dólares, propiedades por 150 millones de soles, además de miles de soles en efectivo.
Masías indicó que estas acciones evidencian que el clan los Quispe Palomino, quienes dirigen los remantes de Sendero Luminoso en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), dejó sus preceptos ideológicos para dedicarse al “crimen, al sicariato y al lucro desmedido”.
“El problema fundamental es el narcotráfico. Hay grupúsculos que se dedican al sicariato y lo disfrazan de terrorismo. En este momento el asunto no es ideológico, se trata sencilla y llanamente de dinero”, refirió.
Señaló que mientras haya sanciones ejemplares y se demuestre que hay una intervención firme contra el crimen organizado, esas acciones serán disuasivas para sus seguidores y para que Perú gane esta lucha contra el narcoterrorismo.