La nueva política integral antidrogas de Perú permitirá una reducción significativa de los cultivos ilegales de hoja de coca y posibilitará dar un duro golpe contra el narcotráfico, opinaron hoy representantes de las Naciones Unidas y de la cooperación estadounidense.
Según informa la agencia Andina, Jochen Wiese, asesor principal de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), y Loren Stoddard, jefe del Programa de Desarrollo Alternativo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) respaldaron que esta nueva política se base en la entrega de opciones de desarrollo al productor cocalero.
Wiese indicó que Naciones Unidas está dispuesta a colaborar con Perú para implementar un programa de cultivos alternativos efectivo y justo, a la medida de las necesidades en el valle del Río Apurímac y Ene (VRAE).
Remarcó la importancia de “desalentar” la producción de drogas mediante un plan que contemple no sólo capacitación y asistencia técnica en cultivos alternativos, sino que proporcione mejores condiciones de vida para los pobladores de las zonas cocaleras.
“Eso significa propiciar un desarrollo integral en todas las zonas cocaleras, acompañado por una presencia real del Estado, con inversión en obras de infraestructura y de dotación de servicios básicos”, manifestó.
Indicó que las mejoras de las condiciones sociales son un elemento importante para crear un espacio favorable de desarrollo sostenible; sin descuidar las acciones de interdicción y erradicación sobre los cultivos ilegales de coca.
Política integral contra las drogas
Para Stoddard por su parte, con la aplicación de una política integral en la lucha antidrogas es posible cambiar la compleja situación en el VRAE, ya que esa zona cuenta con condiciones adecuadas para desarrollar una actividad productiva sostenible.
Refirió que en la actualidad existen 70,000 hectáreas de cultivos alternativos en el VRAE como café y cacao. “Pero hay que hacerlos más productivos, por eso esperamos la estrategia del Gobierno y colaborar con ellos en ese propósito”.
Aseveró que el programa de cultivos alternativos en la región San Martín, denominado el Modelo San Martín, constituye el mejor ejemplo de erradicación de sembríos de hoja de coca con desarrollo productivo.
Consideró que esa experiencia debería replicarse progresivamente en el VRAE, “pero es fundamental la inversión en infraestructura por parte del Estado” enfatizó.