Ante la suscripción de parte de la candidata presidencial por Fuerza Popular, Keiko Fujimori, de la “Proclama Ciudadana”, documento impulsado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH), junto a otras ONG e instituciones; la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap) consideró que no se le puede creer a la candidata citada. Así lo registró en comunicado que pasamos a compartir:
Una proclama que le lava la cara a la dinastía Fujimori
«La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH), junto a otras ONG e instituciones, lanzó hace unos días una “Proclama Ciudadana” en la que piden a los dos candidatos presidenciales que competirán en la segunda vuelta electoral que suscriban una serie de juramentos. Ambos candidatos ya la firmaron. De Pedro Castillo podemos o no dudar. Pero a Keiko Fujimori definitivamente no le creemos.
Es que Keiko puede jurar cualquier cosa que le presenten, NO LO VA A CUMPLIR. Su padre juró defender la Constitución y dio un golpe de Estado. Juró no aplicar un shock económico y aplicó el más brutal de nuestra historia. Juró honradez y convirtió al Estado en una mafia de crimen organizado, incluida la corrupción y el narcotráfico. Juró trabajo y destruyó derechos laborales, sindicatos y organizaciones. Recortó los derechos territoriales de nuestras comunidades. Esterilizó a decenas de miles de mujeres indígenas. Como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, creó el Grupo Colina.
Esto solo por mencionar algunos de sus crímenes. Y Keiko Fujimori no solo niega que el régimen de su padre fue una dictadura, sino que reivindica cada uno de los actos que esa dictadura perpetró.
Lo que han hecho la CNDH y compañía es lavarle la cara a la dinastía Fujimori. ¿Son ingenuas estas instituciones? Ya Keiko Fujimori ha demostrado lo que es capaz de hacer cuando tiene poder, recordemos cómo digitaba a su bancada en el anterior Congreso, impulsada únicamente por el afán de venganza. Vimos su soberbia, cinismo y desprecio por el pueblo en el debate realizado en Chota.
Lo vemos ahora en la guerra sucia en la que ha convertido la campaña electoral, con mentiras y estigmatizaciones de terrorismo. Al punto que incluso Facebook, al que no pueden acusar de “comunista”, ha cerrado decenas de cuentas de sus partidarios. Y cómo se gana el apoyo de excandidatos fundamentalistas que llaman a matar al otro candidato, como lo ha hecho el ultraderechista Rafael López Aliaga.
Todo esto no es sino un adelanto de lo que Keiko Fujimori hará de llegar a la presidencia de la República: perseguir, criminalizar, encarcelar o desparecer a todas las instituciones y personas que denuncian los crímenes de su dinastía, incluidos los suyos propios. Al lavarle la cara, la “Proclama Ciudadana” está promoviendo esa persecución.
¿La “ingenuidad” de las ONG obedece a que sus cooperantes les exigen imparcialidad política? ¿Se sienten más obligadas a demostrar esa imparcialidad porque algunas de ellas tienen convenios con entidades estatales? Deben entender que frente a la amenaza fascista no puede haber imparcialidad.
Las mujeres indígenas no compartimos esa “Proclama Ciudadana” ni nos haremos parte de ella. No negociaremos con una dinastía que esterilizó a decenas de miles de hermanas indígenas, que convirtió al Ejército en un comando de aniquilamiento que secuestró, torturó, desapareció, incineró a quienes consideraba opositores. Que destruyó moralmente el país. Que hizo de los cuarteles campos de exterminio de nuestros hijos, hermanos, padres, que continúan en condición de desaparecidos.
La memoria histórica nos da dignidad y nos fortalece para exigir justicia. Desde esa memoria histórica nos ratificamos: por justicia y dignidad, Fujimori nunca más».