De manera exitosa concluyó la campaña de despistaje de cáncer de cuello uterino y de mama realizado este fin de semana en beneficio de cientos de comuneros asentados en diferentes zonas del área de influencia de la Central Hidroeléctrica de Chaglla.
Según supo INFOREGIÓN, participaron de esta importante actividad relacionada a la salud y a la mejora de la calidad de vida unas 250 comuneras de las localidades de Pampamarca, Monterrey, Puquio Chihuangala, Jaupar, Higrompampa, Huanipampa, Huanchag, Agua Nueva, San Pablo de Pillao y Santa Isabel.
La campaña, liderada por Odebrecht Perú, contó con la activa participación de representantes de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza (MCLCP), Cáritas Diocesana, la Dirección Regional de Salud (Diresa), Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer, Universidad de Huánuco, Universidad Hermilio Valdizán, el Instituto de Salud Integral Sseres, entre otros.
Precisamente la empresa constructora del megaproyecto energético se encargó de la logística de la campaña, es decir, del traslado en ómnibus de las comuneras, de la alimentación de todas ellas, del traslado de los profesionales a las zonas de atención, entre otros. Igualmente, se informó que Odebrecht Perú se encargará del costo de análisis de laboratorio.
Previamente, los organizadores de esta campaña de salud realizaron una charla de sensibilización a fin de que los pobladores conozcan los riesgos de no chequearse a tiempo y para acabar con el desconocimiento del tema del cáncer al cuello uterino y mamas.
Estas charlas permitieron detectar que uno de los principales problemas de las mujeres de estos centros poblados son las creencias de la población.
Así, por ejemplo, en estas localidades se cree que el cáncer al cuello uterino solo ataca a las mujeres infieles. Igualmente, por un tema de machismo, los hombres se oponen a que un especialista revise las partes íntimas de su esposa.
Ante esta situación, Odebrecht Perú contrató especialistas exclusivamente de sexo femenino para acabar con estas injustificadas resistencias.
Otra de las razones por las que pocas mujeres se habían hecho un reconocimiento de Papanicolau es que en los caseríos y centros poblados no hay un centro especializado para la realización de este examen y, por lo tanto, tenían que viajar hasta Tingo María.
Ello significaba que una madre de familia que quería hacerse un descarte tenía que “perder” entre seis y ocho horas por concepto de viaje, descuidando a sus hijos y dejando de lado los quehaceres de la casa. La empresa solucionó esta preocupación dotándoles de movilidad para que puedan acudir hasta el centro de atención.
Voceros de la empresa dejaron entrever que el éxito de esta campaña amerita que se repita la intervención de tal manera que se logre un mayor número de beneficiadas y sus familias, que el fin de semana también tuvieron atención integral de salud.
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