El Perú empieza el 2010 con una buena noticia para el sector del biocomercio. Ocho PYMES peruanas comercializadoras de productos altoandinos, hierbas aromáticas, café y cacao lideran el mercado del biocomercio en América Latina, según la Unión para el Biocomercio Ético, organización mundial que registra a las empresas con altos estándares en biocomercio en países megadiversos.
La Directora General de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente, Helena Sisniegas, señaló que estas empresas cumplen rigurosos principios del biocomercio, tales como la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de recursos, reparto equitativo de beneficios, sostenibilidad socioeconómica, cumplimiento legal nacional e internacional, respeto de conocimientos ancestrales y claridad de tenencia de la tierra y acceso a recursos genéticos.
Precisó que gracias a este trabajo han logrado una membresía de cinco años en la Unión para el Biocomercio Ético, nombramiento difícil de conseguir debido a los altos estándares exigidos tanto por esta organización internacional como por el Convenio de Diversidad Biológica.
“Es destacable el logro de estas PYMES peruanas, pues es un indicador de que el Programa Nacional de Biocomercio, que promueve el Ministerio del Ambiente, está dando sus frutos y se convierte en un referente a nivel de Latinoamérica, pues contempla la producción con gestión ambiental, social y sostenibilidad económica, así como los Objetivos del Milenio; modelos que ahora Colombia quiere poner en práctica partiendo de nuestra experiencia”, señala la bióloga Helena Sisniegas.
Las empresas que han logrado la membresía son Kuski, Mara, Perú Inka y Miski, ubicadas en Cusco. También Villa Andina de Cajamarca, Hapssa, formada por ocho comunidades en Ancash, “2A SRL” de Junín y la empresa Cecovasa en Puno, fueron identificadas en el Primer Concurso Nacional de Biocomercio que promovió el Ministerio del Ambiente en 2009, y han participado en reconocidas ferias como Perú Natura, gracias a la cual han logrado nuevas posibilidades de negocios formando parte de cadenas de valor con respeto a los ecosistemas.
Entre los beneficios que reciben estas PYMES que ya son miembros de la Unión para el Biocomercio Ético, figuran el apoyo en la asesoría técnica, el uso de un distintivo que destaca los productos de la empresa para que puedan ser colocados y cotizados en mercados internacionales.
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