El tema de la basura, como el de otros flagelos urbanos, suele generar mitos y exageraciones que iluminan ansiedades populares más que hechos empíricos. Algo parecido ocurre con los recuperadores o recicladores informales, esas personas que en todas las ciudades de América Latina y el Caribe se ocupan de extraer material de valor de los deshechos. Los recicladores casi siempre provocan reacciones fuertes y negativas, a pesar de que se conoce muy poco sobre su actividad y el impacto que tiene en la economía y el medio ambiente.
Martín Medina, un doctorado en estudios ambientales de la Universidad de Yale y actual investigador en El Colegio de la Frontera Norte en Tijuana, México, ha estudiado el fenómeno de los recicladores informales en varios países. Medina compartió con BID América una lista de ocho de los conceptos equivocados más comunes, y de sus observaciones al respecto.
El reciclaje informal es un fenómeno reciente
Muchas personas e incluso algunos especialistas consideran que el reciclaje informal es una actividad que se remonta a varias décadas atrás. De hecho, el reciclaje informal ha existido por miles de años.
Desde el comienzo de la metalurgia, hace unos 5,000 años, cuando el oro, cobre y bronce se empezaron a refinar y usar por nuestros ancestros, ellos pronto se dieron cuenta de que las sobras del proceso, así como los objetos viejos y rotos se podían fundir y reciclar para hacer objetos nuevos. Por siglos han existido personas especializadas en recuperar metales, así como otros materiales de desecho, como vidrio, madera y papel.
Los recicladores informales son indigentes y los más pobres
La apariencia de los recicladores y su contacto cotidiano con la basura hacen pensar a la sociedad en general y a algunos académicos que los recicladores son los más pobres de la sociedad. Es cierto que a veces sus ingresos son muy bajos, por debajo del nivel de pobreza de muchos países.
Sin embargo, esa pobreza a menudo se debe a la explotación de que son objeto por líderes corruptos y por intermediarios. Cuando no se les explota pueden obtener un ingreso de varias veces el salario mínimo, lo cual les puede permitir escapar de la pobreza. En muchos casos la formación de microempresas, cooperativas y asociaciones públicas y privadas ha logrado reducir la pobreza de los recicladores informales.
El reciclaje informal es una actividad marginal
El público y algunos especialistas consideran que el reciclaje informal es una actividad que opera en los márgenes de la sociedad y la economía. Esta visión es incorrecta. Desde el inicio del reciclaje informal, los recuperadores han desempeñado un papel fundamental en el suministro de materias primas para la industria.
En América Latina los recuperadores han sido imprescindibles en el desarrollo de la industria del papel durante más de cuatro siglos. En México, la industria del papel intenta maximizar el uso de papel y cartón de desecho recuperado por cartoneros para sobrevivir la competencia internacional derivada de la apertura comercial del país.
El reciclaje informal es una actividad desorganizada
En efecto, a menudo el reciclaje informal se lleva a cabo sin ninguna organización. Sin embargo, en muchas ocasiones existe especialización y división del trabajo entre los recicladores informales. A veces en las calles existen divisiones territoriales entre los recicladores; existen también acuerdos entre recicladores, residentes, tiendas y negocios de modo que éstos últimos les venden o regalan materiales a recicladores específicos y no a otros.
El grado más alto de organización existe en los sitios de disposición final de la basura. En ocasiones hay cientos o miles de recicladores trabajando ahí, y para evitar conflictos y desorden se han organizado y existen turnos de trabajo, especialización de actividades y supervisores. En algunos de estos sitios las actividades de recuperación asemejan actividades industriales.
El impacto económico del reciclaje informal es mínimo
Esta es una opinión generalizada, pero incorrecta. Sabemos relativamente poco del impacto económico del reciclaje informal, pero sí sabemos que su contribución económica es más importante de lo que se le reconoce. De acuerdo a cálculos del autor, el impacto económico del reciclaje informal en la ciudad de Nuevo Laredo, México, es de casi 5,5 millones de dólares anuales, y el impacto de las actividades de recolección y reciclaje informal en cinco ciudades mexicanas es de más de 21 millones de dólares al año (y proporciona empleo para más de 3,000 personas).
El reciclaje informal es una actividad estática
En realidad, el reciclaje informal es altamente dinámico, está ligado y depende directamente de los acontecimientos y hechos en el ámbito nacional e internacional. El crecimiento poblacional y la urbanización aumentan la fabricación de productos de consumo y la generación de materiales de desecho. La industria que produce esos productos requiere de materias primas. Al aumentar la actividad económica y el comercio internacional también aumenta la demanda de materiales recuperados por los recicladores informales.
Los recicladores informales son un problema que se debe erradicar
Las autoridades gubernamentales de la mayoría de países consideran que los recicladores informales son un problema que se debe erradicar. Ciertamente, los recicladores pueden ocasionar algunos problemas, por ejemplo al abrir las bolsas de basura y esparcirla en las calles. Trabajar en basureros presenta serios riesgos a la salud de los recuperadores. La respuesta más común de las autoridades has sido declarar ilegal las actividades de recuperación y perseguir a infractores. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos las políticas represivas a los recicladores disminuyen sus ingresos y empeoran sus condiciones de vida. Si las autoridades desean reducir la pobreza no deben perseguir a los recicladores informales.
El reciclaje informal no tiene cabida en un sistema moderno de manejo de desechos
Derivado de la visión anterior, muchas autoridades consideran que la solución al problema de los desechos sólidos es el uso de tecnologías avanzadas, como las de países desarrollados. En éstos últimos, en efecto, no tienen cabida los recicladores informales. Las condiciones socioeconómicas de los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo son totalmente diferentes.
En muchos casos no tiene sentido que nuestros países utilicen las mismas tecnologías de manejo de desechos que se usan en Europa, Japón o Estados Unidos. Los recuperadores informales contribuyen significativamente a la recolección de basura, disminuyen la necesidad de camiones recolectores y personal sanitario y aumentan la vida útil de basureros y vertederos sanitarios.
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