Nuevas soberanías para resistir la crisis alimentaria: La olla común Nuevo Amanecer y su biohuerto

LIMA. En el Perú más de la mitad de sus habitantes se encuentra en situación de inseguridad alimentaria, según la FAO, y un 25.9% de la población vive en situación de pobreza. Las cifras revelan el motivo por el cual, desde el inicio de la pandemia, han surgido tantas ollas comunes. Varios grupos de mujeres organizadas, en distintos barrios del país, se dedicaron a sacar adelante la necesidad de alimentar a sus vecinos. En la olla común Nuevo Amanecer, en el distrito limeño de Chorrillos, se usa un método de soberanía alimentaria que sirve más de lo que aparenta con un biohuerto. Esta es su historia.

En Nuevo Amanecer corre viento fuerte durante todo el día, quizás por la altura en la que se encuentra, en las últimas etapas de San Genaro. Hay mucha humedad porque está todo tan cerca al mar, a la playa de La Chira. Por distintas partes de Lima se han empezado a implementar biohuertos. Por ahora, este parece ser de los más productivos. Sin embargo, como explica una de las integrantes de la olla, Esther Marín: “Organizarse es complicado y mantener el compromiso con una causa que no tiene retribución (económica) lleva a que muchas personas no continúen en el proyecto».

Cuando hay crisis política, económica, ambiental y social, también llega la alimentaria

“Midis aprueba reglamento que reconoce a ollas comunes como organizaciones sociales y garantiza su financiamiento», se leía hace cuatro meses en titulares de distintos medios. Hace dos meses, la Defensoría del Pueblo se pronunció al respecto advirtiendo que el reglamento de la ley 31458 causaría retrasos en la atención alimentaria, al argumentar que no toma en cuenta el factor emergencia ni tampoco las elecciones municipales que se avecinan. El problema es que este proceso de formalización recae en las mismas municipalidades, por lo cual la Defensoría advirtió que todo podría ralentizarse.

Según esta norma, mediante la formalización de las ollas y la recuperación de alimentos, se impulsa que de manera sostenible se pueda afrontar la crisis alimentaria, además de esclarecer procesos que involucran al Estado y las municipalidades. Por ejemplo, el proyecto Qali Warma, del Midis, entrega los alimentos a los municipios, que deben ser entregados de manera proporcionada y transparente.

Después de tantos altibajos en el camino llegamos al Asentamiento Humano Nuevo Amanecer. No es fácil llegar aquí arriba. Es cosa de observar un rato y conversar con el equipo de la olla y sus representantes para notar si en efecto está funcionando la ejecución de la Ley 31458.

Al respecto, el Midis informó a INFOREGIÓN, mediante una respuesta institucional, que se realizó una capacitación sobre la ley citada (y su reglamento) en Lima y sus municipios distritales. Esta se dirigió a los gerentes de línea de estos y también comprendió a las ollas comunes. Se añadió que esto va de la mano con asistencia técnica realizada permanentemente para reforzar la implementación de esta ley y gestionar las irregularidades que se puedan detectar. 

Según el Gobierno, actualmente existen en promedio 2506 ollas comunes registradas en su padrón a lo largo y ancho de la ciudad de Lima. A nivel nacional, parece no haber un consenso exacto sobre cuántas existen. Incluso, la Red de Ollas Comunes de Lima Metropolitana explica que el reparto de víveres no se ha dado de manera regular. Por ello, también son importantes las iniciativas de los huertos; sin embargo, requieren de un compromiso y constancia que muchas personas no pueden mantener por distintas razones. 

Vista desde el biohuerto

Han pasado dos años (exactamente el 6 de abril) desde que se creó la olla común Nuevo Amanecer, y su biohuerto, en San Genaro lll, Chorrillos sigue necesitando del trabajo de estas mujeres, que continúan trabajando aún en paralelo al Local Comunal por razones de espacio.

El biohuerto: Una forma de resistencia

Lo más urgente, durante el estado de emergencia a raíz de la pandemia, era levantar un módulo para establecer la olla común. Ahora que eso ya está listo -e incluso se ha logrado más a lo largo de estos dos años- se puede pensar un poco más en las plantas. A veces en la olla se dan servicios en el huerto o en la gestión de los alimentos a cambio de raciones de comida. Sin embargo, no se ofrece mucha gente y eso frustra un poco a las iniciativas de la olla común Nuevo Amanecer. 

Lo que se ve es más que un biohuerto: es una forma de resistencia. El proceso de cortar hojas y tallos, plantar semillas que tienen el potencial de crecer, cuidar las plantas para poder alimentarse y alimentar a partir de ellas es una metáfora de la vida. Además de practicar esa constancia y aprender muchas cosas de las plantas, es una actividad de integración social y de compromiso y organización barrial. Es una iniciativa de soberanía alimentaria en medio de una crisis, aunque parezca ser la más pequeña en cuanto a su dimensión.  

Al respecto, Fernando Castro, coordinador de Sistemas Alimentarios de FAO Perú (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) dice que sí tienen una función más que simplemente alimentaria: “Los huertos son clave porque generan sensibilidad sobre la producción de alimentos frescos. Es pedagógico, es educación nutricional”. Argumenta que esto debe ir de la mano con una vigilancia y seguimiento por parte de las autoridades locales y estatales, así como una reactivación y formalización de la economía. 

Victoria lavando los servicios

Ante iniciativas para frenar esta crisis, Castro destaca la necesidad de trabajar en conjunto como sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, casas de estudio, municipios y ministerios para mejorar las estrategias de abastecimiento de alimentos, así como prevenir y reducir la pérdida de alimentos. Por ello es necesario recalcar el rol del Midis y la importancia de que se involucre el Ministeri de Salud, junto al Cenan (Centro Nacional de Alimentación y Nutrición), órgano del Instituto Nacional de Salud (INS).

Volviendo al biohuerto diremos que se inició con unas cajas de madera reutilizada y algunos almácigos en vasos descartables. Ahora Nuevo Amanecer produce apio, rabanito, beterraga, zanahoria, lechuga, cebolla china, hierba luisa, hinojo, zapallo, ají amarillo, rocoto, culantro, hierba buena, huacatay, chincho (hierba para preparar pachamanca), maracuyá, tomate, berenjena, habas, etc. Un poco más arriba de esta olla común se aprecia el terreno en forma de andenes de unos 8×16 metros. La tierra es arenosa y húmeda y es complicado hacer crecer y florecer vegetales y hortalizas en este lugar, pero se hace. 

En el 2020 el menú aquí costaba dos soles. Actualmente cuesta tres. Maura Shupingahua, dirigenta de la olla, explica que este año los precios de los alimentos subieron y que los beneficiarios actualmente son entre 100 a 120 personas.

«A Dios rogando con el mazo dando», dice un viejo dicho. Mientras tanto, para optimizar el servicio que se presta, se han hecho varias actividades para recaudar fondos como iniciativa de las mujeres de la organización vecinal de la que venimos hablando. Ahora tienen una refrigeradora y una congeladora, así como una cisterna de agua que se llena cada semana.

Otras iniciativas para respaldar el trabajo de las ollas comunes

Para la localización de las ollas y la gestión de alimentos para estas ha llegado apoyo desde varias entidades. Citemos la Fundación Lima (http://ollascomunes.pe/) o la Municipalidad Metropolitana de Lima – MML (http://ollascomunes.gpvlima.com/), que pusieron a disposición digital los datos de la mayoría de ollas comunes de Lima. Según la FAO aún falta terminar esta labor. Estos son básicamente padrones de geolocalización que permiten acceder al contacto de las lideresas de cada olla para poder donar alimentos o lo que sea necesario: dinero, alimentos, capacitaciones y charlas en autogestión sostenible.

Para Jheydi Quiroz, teniente alcaldesa de la MML, se ha iniciado este nuevo enfoque de nutrición según estas necesidades alimentarias: “No solamente la data georreferenciada, sino también se ha podido generar padrones de información sobre población vulnerable en las ollas y gestionar apoyo”. También generar el concepto de alimentación saludable o nutrición para personas en crecimiento, por ejemplo.

Añade que están en el tercer módulo de capacitaciones a las mujeres de las ollas comunes. “Es un enfoque de economía circular. Están hechos con materiales reutilizados, muchas personas piensan que estos objetos son descartables pero se les puede dar un uso bastante innovador, además de generar conciencia de la importancia de los frutos de los huertos como parte de la nutrición de los niños y niñas”, dice. Se importante incorporar conceptos nutricionales y conocimientos sobre recuperación de alimentos. También se da una unión en un solo espacio. “Aporta a la energía de la comunidad”, sostiene.

Algunos ajíes amarillos

En tanto, las iniciativas del Midis con respecto al trabajo conjunto con las municipalidades distritales, según respuesta institucional a INFOREGIÓN, tienen que ver con el sistema informático Mankachay Perú. Este se ha puesto a disposición de los municipios el registro de ollas comunes para que puedan gestionarse, ya que también es su responsabilidad. Entonces, el Midis afirma que no se han relegado funciones que correspondan a su sector. “Sin embargo, se promueve fortalecer de conocimiento a los gobiernos locales, para que ellos, a su vez, realicen las asistencias técnicas y el fortalecimiento de capacidades a las representantes de los gobiernos locales”, declaran.

Asimismo, nos comentaron que se encuentran culminando la propuesta del documento de gestión “ Estrategia de asistencia técnica y acompañamiento a los gobiernos locales en el marco de la atención a ollas comunes”, para brindar los lineamientos y ejecutar estas actividades de forma ordenada y adecuada. 

El informe de la FAO que citamos al inicio de esta nota explica que los indicadores de inseguridad alimentaria van de la mano con los de la pobreza, y que son la anemia, el sobrepeso y la obesidad. La dificultad para acceder a un plato de comida saludable lleva a que muchas personas consuman alimentos con pocos nutrientes y con altos contenidos en grasa, sal y azúcar. Este es otro factor que se toma en cuenta en Nuevo Amanecer. 

Vista del biohuerto desde la olla

Con respecto al acceso a vegetales en grandes cantidades, resulta más fácil comprar un producto dado que en el huerto cuando hay tiempos de cosecha. La recuperación de alimentos en supermercados es a modo de iniciativa para no desperdiciar comida que está en buen estado y que pueden recoger las ollas comunes. Este proceso está a cargo de la Organización sin fines de lucro del Banco de Alimentos. Ellas pagan la logística, se organizan y la recogen cada cierto tiempo.  

Sin embargo, hay muchas trabas burocráticas, según las integrantes de la olla común, para formalizarse de acuerdo a la Ley 31458. Cuando se logra el trámite, se les da a las presidentas un certificado de organización social de base, solo falta que las autoridades aprueben el proceso. “Nosotras no buscamos depender de donaciones», aclara Maura. Lo que normalmente sí proviene de donaciones (de organizaciones como Cáritas o del Banco de Alimentos Perú) son carbohidratos y harinas.

Las dirigentas de Nuevo Amanecer comentan que no reciben tantas frutas, verduras o comida fresca, sino comida no perecible (baja en nutrientes). De ahí la importancia del huerto, que, respecto a cuando inició, ha crecido bastante. Es por eso que se pueden ver costales y llantas a modo de muro de contención, cercado de malla de color verde y negro, distintos tipos de objetos vueltos macetas y varias flores de colores rojo y fucsia, blanco y amarillo.

Entrega, energía y vocación 

En la labor que realizan estas madres cabe la pregunta: ¿De dónde sale esta entrega y energía? “A veces yo también me lo pregunto y no sé (risas)” dice Maura. «A veces uno despierta sin ganas de hacer nada, a veces todo pesa, a veces hay mucho de qué hacerse cargo o mucho de lo que uno elige hacerse cargo, ya sea por vocación o quién sabe qué. Pero no por ello existe una falta de crítica a quienes se benefician con las carencias de los demás y tampoco una falta de atención a las formas en que se distribuye la atención del Gobierno». 

La corrupción es un mal que asola a Chorrillos, sino en muchas localidades. El futuro que tendrá la gestión de esta crisis alimentaria dependerá de las nuevas autoridades ediles a elegirse en octubre próximo, pues los municipios juegan un rol muy importante en el abastecimiento de ollas comunes nacidas por la emergencia. Y es que la entrega y energía de la que hacen gala las mujeres que lideran la olla común Nuevo Amanecer tienen nombre propio. Actualmente, el equipo está conformado por:

  • Maura Shupingaua: Presidenta
  • Esther Marín : Fiscal
  • Jesusa Cahuana: Secretaria
  • Margarita Perez: Almacenera
  • Victoria Pumarica: Segunda Almacenera
  • Rosa Ortiz: Vicepresidenta
Maura, Presidenta, y Victora, Segunda Almacenera

Ante la dificultad de manejar un grupo grande de beneficiarios de parte de estas madres que impulsan la olla común cabe preguntarse ¿Cómo se las ingenian para brindar su tiempo? ¿Qué hay del trabajo y otras obligaciones suyas? ¿Cuál es la motivación de estas mujeres, además de su vocación, para hacerse ese espacio como sea? A pesar de ese desprendimiento no ocultan su desazón ante ciertos comportamientos. “No todos firman los padrones que hay que llenar y luego se quejan por no recibir las donaciones. Es agotador estar buscando a las personas. Realmente a veces esperan que alguien les haga las cosas sin esforzarse”, dice una de las integrantes. Por el grupo de Whatsapp, ella avisa sobre las reuniones que organizan las entidades para dictar talleres y capacitaciones en alimentación saludable, biohuertos y liderazgo.

Estas mujeres autoconvocadas y organizadas son voluntarias para facilitar un plato de comida al día para las y los vecinos de Nuevo Amanecer, donde viven muchas personas y pasan muchas cosas. Hay acuerdos y desacuerdos, hay discusiones como en todos lados, así como también las risas sobran aquí. Nadie les remunera económicamente por lo que hacen y resuelven dificultades en segundos. Ellas resisten ante la adversidad y entregan mucho de sí por los demás. A veces, Lima no es tan gris como parece.

Para apoyar a las mujeres de la olla común Nuevo Amanecer compartimos esta referencia:

-Maura Shupingahua: 

BCP: 194-99839330-0-05

Cel/Yape: 978 288 028