¿Quién no vio alguna producción televisiva del «cazador de cocodrilos»? Stephen Robert Irwin era el conservacionista australiano que lo protagonizaba y sus aventuras en el mundo de la naturaleza y los animales era seguido por muchos. El pasado 4 de setiembre se cumplieron 15 años de su desaparición. Pero no hay que trasladarse al país de los canguros para apreciar a un cocodrilo en su hábitat, pues vive en nuestro país. Hablamos del cocodrilo de Tumbes.
Se trata de un reptil fascinante por sus costumbres y aspecto. Desgraciadamente su sobrevivencia está en peligro en el Perú. El nombre científico del animal que nos ocupa es así: «Crocodylus acutus«. Cabe precisar que está compuesto por las palabras en Latin «acuere» que significa puntiagudo, «acutus» afilado, «acumen» punta y «acus» aguja. El nombre hace referencia al pico que esta especie posee, el cual es corto y punteagudo. Revisemos algunas de sus características más notable e iniciativas para su conservación.
Hábitat
En nuestro país, el cocodrilo de Tumbes (que forma parte de la familia del cocodrilo americano, cuyo hábitat se aprecia en el mapa debajo de estas líneas) es un reptil que habita en las cuencas del río Tumbes y Zarumilla, así como en el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, provincia de Zarumilla, departamento de Tumbes. Este paraíso natural forma parte del nicho ecológico del cocodrilo de Tumbes con una extensión de 2972 hectáreas. Este lugar es único, pues además de ser el hábitat natural de este animal, también conserva la mayor extensión de manglares del Perú.
Se estima que existen aproximadamente unos 350 ejemplares en nuestro país, por ello es una especie considerada en peligro crítico de extinción. La gran mayoría de estos animales se encuentran en el Zoocriadero del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes), que es un proyecto estatal que lucha por la rescate y conservación de este reptil.
El cocodrilo de Tumbes tiene la particularidad de tener una cabeza estrecha, triangular, con un largo hocico. Por ello también es conocido como cocodrilo narigudo, pues su nariz termina en una elevación similar a una joroba. Los machos adultos pueden a llegar medir seis metros de largo, pesar unos 500 kilos. Además, este animal puede vivir más de 70 años.
Se trata de una especie carnívora y es el protagonista del ecosistema al que pertenece, pues regula la población de peces y animales vertebrados que lo rodean. Se alimenta sobre todo de peces y otras especies acuáticas, incluyendo a cangrejos y tortugas. También se alimenta de aves y pequeños mamíferos. Este reptil come principalmente de noche, cuando sus potenciales presas duermen.
Se sabe que el cocodrilo de Tumbes es considerado como un animal oportunista, es decir, comerá todo aquello que pueda encontrar. En el caso de los cocodrilos pequeños, se alimentan de insectos y pequeños invertebrados, ya que aún no poseen suficiente fuerza para cazar presas más grandes.
Amenazas
El ser humano es la principal amenaza para el Cocodrilo de Tumbes, pues este lo caza sin miramientos. Y esa actividad se ha desarrollado de forma indiscriminada bajo dos pretextos: Uno se apoya al considerar que los cocodrilos representaban una amenaza para la población que vivía cerca a los ríos. El otro motivo es para apropiarse de la piel de este animal por su gran valor en el mercado y su utilización en algunos bailes regionales.
Esta ultima razón ha sido una de las mayores amenazas y la causante de la disminución de la población del cocodrilo de Tumbes. Los pobladores cazaban a los cocodrilos con ayuda de escopetas y luego procedían a separar la piel del resto del cuerpo. La carne de este animal se comía y la piel se trataba para conservarla y así poder comercializarla.
Se trata de una especie en peligro de extinción que debe ser protegida, y no está permitida la comercialización de productos y subproductos de esta especie provenientes de su hábitat silvestre. Además, en el Perú, desde 1950, bajo la Resolución Suprema Nº 345, se prohibió la caza de Crocodylus acutus en su hábitat natural.
Otro factor que amenaza la supervivencia de estos cocodrilos son los problemas ambientales; se trata de un factor que, en general, pone en peligro a otras especies de animales del entorno.
Iniciativas para su conservación
Zoocriadero de cocodrilos: Para frenar la caza indiscriminada, las autoridades reunieron a muchas de las especies que aún quedaban en libertad para trasladarlas hacia este local. El recinto fue construido específicamente para el cuidado y conservación del cocodrilo americano de Tumbes y para impedir que la especie desapareciera por completo. Además de ser un lugar para el cuidado y conservación del cocodrilo de Tumbes, el zoocriadero es uno de los lugares más turísticos de la ciudad. Dentro de este local se puede observar de cerca las características del cocodrilo de Tumbes.
Una notable iniciativa para concientizar entre la población la necesidad de preservar la existencia de este animal la dio el Banco Central de Reserva (BCR). Esta entidad puso en circulación la segunda moneda de un sol de la serie numismática “Fauna Silvestre Amenazada del Perú”. En esta ocasión, la moneda acuñada alusiva al cocodrilo de Tumbes fue puesta en circulación el pasado 8 de noviembre del 2017. La imagen del animal se observa en el reverso de la moneda, en la parte central.
Recientemente, los medios de comunicación peruanos informaron del nacimiento de estos cocodrilos en la ciudad de Lima. En un comunicado divulgado el pasado 26 de enero de este año, el Parque Zoológico de Huachipa informó sobre este acontecimiento ocurrido a mediados de dicho mes. Por entonces, José Flores, responsable del área de reptiles del parque, dijo que el nacimiento se logró gracias un exitoso periodo de incubación artificial. Este procedimiento es el primero registrado tanto en el Perú como en América Latina.
Fuente: Andina, La República, CocodrilodeTumbes.com, Mongabay, Blog PUCP.
Los comentarios están cerrados.