La derrota del presidente venezolano Hugo Chávez puede constituir una noticia alentadora para la democracia, el estado de derecho y la libertad de expresión, no sólo en el país caribeño, sino también en toda la región andina.
En la actualidad, Venezuela carece no sólo de mecanismos de participación democrática, sino fundamentalmente problemas de necesidades básicas, de seguridad ciudadana y desarrollo. Pretende imponer un estado centralista, estatista y autoritario que no beneficia a las mayorías pobres.
Parece que lo único que interesa a Chávez es ejercer el poder para sus fines políticos clientelistas, el que ejerce con un estilo atiborrado de adjetivos e insultos y en donde los argumentos y las ideas no tienen cabida. Recordemos el llamado de atención del rey Juan Carlos de España con su célebre frase “¡Por qué no te callas!” ante la constante interrupción del mandatario venezolano durante la última Cumbre Iberoamericana, en Santiago de Chile.
Ahora, esta derrota del chavismo debe hacer reflexionar a sus seguidores aquí en Perú. Como en el 2 000, los jóvenes venezolanos han reaccionado ante el autoritarismo rechazando la corrupción y la impunidad; los jóvenes de hoy requieren mecanismos de participación ciudadana, vivir en democracia y anhelan la plena libertad de expresión.
Valores que aquí los nacionalistas y seguidores del venezolano Hugo Chávez pretenden desconocer e intentan penetrar ideológicamente con sus proyectos “milagros” y casas “Alba”, manipulando a personas indigentes y encandilando a dirigentes con prebendas como las becas de estudios para sus hijos en Cuba.
Celebremos esta buena noticia para la democracia y la libertad de expresión y estemos atentos y vigilantes ante estos oscurantismos nacionalistas que pretenden regresar al país a las épocas de las cavernas.