El Perú no puede salirse de la Convención de Viena, porque es un proceso muy largo y complejo, que además afectaría negativamente sus relaciones con los demás países del mundo, afirmó el internacionalista y catedrático Ernesto Velit Granda.
Sobre todo ocasionarían la cancelación de las ayudas internacionales que contribuyen al desarrollo de nuestro país, aclaró. Pero eso no es todo, la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se vería afectada con este retiro.
Para el experto en relaciones internacionales, hay un problema de fondo: el propio gobierno estaría dando bandazos en su política de control de la hoja de coca, lo que es una mala señal. Primero el Ministro Salazar acuerda la suspensión de la erradicación, después se niega lo acordado y se dice que continuará la destrucción de cocales ilegales. Luego se firma un convenio –con los campesinos del Cusco- que propone que el Perú se retire de la Convención. No hay claridad en el tema.
Velit Granda explicó que la Convención de Viena es una institución nacida al amparo de las Naciones Unidas, y activada en 1980. Fundamentalmente, es un mecanismo que supervisa a los países para que cumplan sus tratados internacionales, y tiene diversas secciones, siendo una de ellas la vinculada al control de estupefacientes y sustancias psicotrópicas.