En entrevista en el diario El Comercio que reproducimos líneas abajo, el Secretario de Estado Adjunto de EEUU, Arturo Valenzuela, precisa que la administración Obama está viendo cómo recalibrar su política exterior antidrogas, encarándola en un óptica subregional y no solamente como colaboración bilateral. Señala además que con el canciller peruano se han fijado cuatro temas de trabajo: la inclusión social, inseguridad pública y crimen organizado, el tema energético y de medio ambiente y gobernabilidad democrática .
¿Cuál ha sido el propósito de su visita al Perú?
Es una visita que se tenía que dar. Me corresponde visitar todos los países de las Américas. Pensaba hacer este viaje en agosto del año pasado, pero los senadores republicanos detuvieron mi nominación hasta noviembre.
¿Por qué? ¿No lo quieren mucho los republicanos?
Por razones políticas. Ellos se opusieron a la política de EE.UU. en Honduras. Para castigar al gobierno del presidente Obama o para buscar cambiar nuestra política hacia Honduras, detuvieron mi nombramiento. Perdimos casi un año, no tuvimos un secretario de asuntos latinoamericanos hasta noviembre. El retraso se agrandó con el terremoto en Haití. Y son 35 países.
¿Piensa visitar los 35 países?
A mí me corresponde la política exterior de EE.UU. desde Canadá hasta Argentina y Chile. El viaje al Perú es muy importante porque tenemos una excelente relación, la privilegiamos mucho y hay mucho por conversar.
¿Concretará algún tema con el Perú en esta visita?
Lo primero ha sido presentarme como subsecretario de Estado para Asuntos de las Américas, en ese sentido es un viaje de cortesía. Uno busca entender el estado de las relaciones, ver qué se está haciendo y cuáles son los desafíos bilaterales y multilaterales.
¿Qué balance hace?
Es enormemente positivo. Hay pocos países en las Américas donde EE.UU. tiene una relación tan buena como con el Perú. Compartimos valores y desafíos comunes que estamos encarando. El esfuerzo del presidente Obama y la secretaria Clinton es mejorar y fortalecer las relaciones con todos los países de América. En realidad no tenemos grandes complicaciones…
Salvo con algunos países…
Se lo diré francamente, frente a los enormes desafíos que tiene EE.UU. con Corea del Norte, Pakistán, Afganistán y el Medio Oriente, todo es relativo.
Venezuela, Bolivia, Cuba son menos…
Son temas relevantes, pero dentro de las prioridades de seguridad de EE.UU. en el difícil mundo actual, no hay tema más importante que la proliferación nuclear. El acuerdo que ha firmado el presidente Obama con su homólogo ruso es un paso muy significativo que está dando con sus aliados europeos y otros países.
¿Esto los aleja de América Latina?
De ninguna manera. Nuestro aparato de política exterior es grande. En nuestra embajada en el Perú, por ejemplo, tenemos muchos funcionarios, otorgamos 90 mil visas al año. Tenemos cooperación en temas de narcotráfico, comerciales, ambientales, sociales. La relación de EE.UU. con los países de las Américas es muy tupida. Con el canciller peruano hemos establecido cuatro asuntos importantes que contienen 15 iniciativas: la inclusión social, la inseguridad pública y el crimen organizado, el tema energético y del medio ambiente y, finalmente, la gobernabilidad democrática y el fortalecimiento de las instituciones.
¿Cómo se traducirá eso en el Perú?
La traducción concreta en el caso peruano es la cooperación en el tema del narcotráfico. El sábado pasado fui a San Martín para revisar los proyectos de desarrollo alternativo. Estamos viendo cómo recalibrar la política exterior antidrogas de EE.UU. No puede seguir siendo una colaboración bilateral, se tiene que encarar con una óptica subregional en la que todos trabajemos juntos. Con Colombia, Ecuador, el Perú y Bolivia, pero también con Brasil y Argentina, que han pasado a tener un consumo importante.
Brasil rechazó la ayuda económica de EE.UU. para la lucha contra el narcotráfico porque el monto era muy pequeño. Esa es la gran crítica a ustedes, el narcotráfico mueve millones y la ayuda que dan es reducida.
No es cierto, la cooperación es sustancial, los números son grandes. EE.UU. asume su responsabilidad, pero el problema no se reduce a que puedan entrar drogas ahí, sino que el narcotráfico debilita instituciones y afecta a la población. EE.UU. quiere países exitosos que tengan oportunidades. Es un tema de estrategia, no de montos.
Los montos ayudan bastante.
Son importantes si los compara con lo que contribuye la Unión Europea, que también tiene un consumo muy fuerte. Tampoco es una competencia por ver quién da más. Es un problema regional que no se puede combatir con estrategias bilaterales. Imagine el aporte si los países trabajan juntos.
¿Formarían un grupo específico de países afectados por el narcotráfico?
Justamente estamos viendo cómo avanzar más en eso. Queremos crear una estrategia subregional. En el pasado se privilegió la erradicación, hoy hay que dar igual atención a la demanda, el tránsito y los otros aspectos.
¿La sustitución de cultivos ha fracasado como estrategia?
No. San Martín es un ejemplo de su utilidad.
Es un granito de arena en medio de…
Sí, ¿pero cómo se hacen las playas? Con muchos granitos de arena. Hay logros importantes, en EE.UU. ha bajado el consumo gracias a las políticas, donde ha subido bastante es en Europa. Pero debemos tener estrategias coordinadas e integrales porque si hay demanda habrá oferta. Además, los programas de desarrollo alternativo son multimillonarios.
Si lo fueran, el narcotráfico no avanzaría en el Perú.
Su aseveración es demasiado pesimista, ha habido logros importantes. Esto no terminará a menos que haya una baja importante de la demanda, pero no podemos dejar el desarrollo alternativo.
No se trata de eliminarlo sino de revisar su eficacia, repotenciarlo.
Los resultados han tenido sus altos y bajos. El Perú redujo mucho su producción y ahora se ha incrementado. Esto no se resuelve de un día para otro. Por eso insisto en que se requiere una mejor cooperación entre todos los países, con aportes importantes de donde viene la demanda. Y segundo, una óptica integral. Eso se está enfatizando más que antes.
Los suspicaces pueden pensar que se quiere instalar más bases estadounidenses en América Latina.
Eso está totalmente descartado. Se exageró con Colombia, ahí hay 259 agentes. Por ley no puede haber más de 800.
¿La administración Obama incrementará el presupuesto de cooperación antinarcóticos para el próximo año?
Estamos calibrando la ayuda para enfatizar más los temas sociales. El problema fundamental no es el cultivo de droga, sino el problema social. Son países donde hay pobreza y desigualdad, donde no hay oportunidades. Y eso es tarea fundamental de los países productores. Nosotros somos socios que asumimos nuestra corresponsabilidad, pero el esfuerzo fundamental lo deben hacer los países. EE.UU. no tiene que venir a solucionar…
Muy pocos están en ese talante, pero la demanda está en EE.UU.
En Colombia se han gastado 7.500 millones de dólares.
¿Habrá un Plan Perú?
La dimensión del problema en Colombia es de otra índole y ellos han aportado el 5%. Sin esa inversión real para solucionar los problemas sociales de fondo que los hacen vulnerables, las cosas no funcionan. ¿Por qué cultivan la coca?
Porque les da ingresos.
Y lo buscan porque no tienen oportunidades en otra actividad. Un plan nacional de un país como el Perú debe contemplar estos elementos. La ayuda de EE.UU., la cooperación regional son una parte. Hay que ver que los cultivos alternativos tengan mercado y carreteras, infraestructura, que el sector privado también contribuya. Para nosotros el Perú está haciendo grandes esfuerzos.