Más de un centenar de estudiantes del Centro Educativo San Martín, del asentamiento humano Sven Ericsson, cuya infraestructura física ha sido declarada inhabitable por Defensa Civil tras el terremoto del 15 de agosto, salieron a las calles a solicitar ayuda para conseguir un nuevo local más seguro.
Los menores han venido recibiendo sus clases dentro de casuchas construidas de maderas de bambú y techos de plástico y cartón, en el patio trasero de la loza deportiva. Pero el pasado viernes, los vientos huracanados arrasaron con todo. Ahora, unos 120 menores tienen que estudiar prácticamente a la intemperie.
La directora Silvia Huamán Albornoz, tres docentes, algunos padres de familia y los alumnos llegaron hasta la Municipalidad Provincial para invocar la sensibilidad de las autoridades y pronta solución al problema.
Los padres de familia dijeron que hasta el momento la ayuda del Estado se reduce a una visita de inspección, evaluaciones sobre la resistencia del local y, sobre todo, muchas palabras.