La República. Hace unos días se ha informado, una vez más, sobre el uso de niños por parte de la agrupación terrorista que opera en el VRAE. No es un hecho nuevo; el senderismo, especialmente la facción del VRAE, tiene un largo historial de manipulación de niños para sus fines bélicos.
Esto, en cualquier parte del mundo, constituye un imperdonable crimen de guerra expresamente condenado por la normatividad internacional.
Ante esto, se impone, en primer lugar, reconocer que los niños manipulados de esta manera por el terrorismo son víctimas que debemos rescatar.
El Estado peruano, en cumplimiento de sus obligaciones internacionales, debe incorporar a sus objetivos prioritarios de acción la recuperación de estos niños, a quienes debe prestar la atención que requiere la traumática experiencia sufrida, e impulsar medidas de protección y prevención para impedir que el senderismo siga manipulando niños impunemente.
La sociedad debe colaborar activamente en esto. Un rol fundamental corresponde a los medios de comunicación, que deben informar amplia y profundamente sobre estos hechos sin olvidar que estos niños también son víctimas y que les corresponden las mismas medidas de protección establecidas por el Código del Niño y el Adolescente y la legislación internacional, entre las cuales se encuentra en lugar prominente la reserva sobre su identidad.
El uso de niños en un contexto de conflicto armado es un grave problema en nuestro país del cual no tenemos suficiente conciencia. Lo peor es que el Estado también está involucrado en el problema.
Por ejemplo, hace apenas un año, nos preocupaba el enrolamiento de adolescentes en el servicio militar, destinados a zonas de combate donde varios perdieron la vida o quedaron gravemente heridos.
El jefe del Comando Conjunto de las FFAA reconoció entonces alrededor de mil adolescentes enrolados, cuyo licenciamiento dispuso, comprometiéndose a no tolerar más esta práctica. A pesar de ello, sabemos que se siguen registrando casos.
El maltrato a los niños va mucho más allá, invadiendo la escuela y el hogar. Por eso adquiere gran importancia la llegada a nuestro país del Relator para los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Paulo Sergio Pinheiro, para intervenir en el Seminario Internacional Por Una Infancia Sin Castigo Físico, evento que adquiere hondo significado en el contexto que vivimos.