Resulta increíble que en pleno siglo XXI las localidades recónditas del Perú, sigan sufriendo el olvido de quienes detentan el poder. Esta vez fuimos testigos del estado calamitoso en que se encuentra la infraestructura educativa de inicial y primaria de la comunidad nativa de Sonene, cuya construcción (de madera) data de hace 25 años y, como comprenderán se cae a pedazos con el riesgo latente de aplastar a los niños y maestras que en un clima de zozobra desarrollan sus clases.
Sonene, está ubicada en la provincia de Tambopata, departamento de Madre de Dios -frontera con el vecino país de Bolivia-, dista seis horas de Puerto Maldonado en motor fuera de borda. Sus moradores viven en extrema pobreza y están sumidos en una profunda depresión, porque el problema que enfrentan no solo es en la educación de sus hijos, sino, también carecen de agua potable, energía eléctrica, posta de salud, etc.
Carlos Tucha Huajohuajo, presidente de la comunidad nos dijo: “tengo 25 años de edad y durante todo este tiempo, nunca he visto a autoridad alguna visitar mi localidad”. Por su parte la Prof. Verónica Alata Solisonquehua, directora de la I.E.I. N° 343, contratada, entre lágrimas dijo que recientemente vientos huracanados empeoraron las condiciones educativas que se ejercen en la vetusta aula que alberga a 16 niños. “He acudido a las diversas instancias de gobierno pero nadie decide resolver y revertir este peligro para mis niños”, apuntó; decidiendo renunciar a su puesto, junto a otras dos de sus consternadas colegas.
Hace poco el Ministro de Educación Jaime Saavedra, lanzó “Plan Selva”, se espera que esta propuesta innovadora llegue ipso facto a Sonene y no se permita que aproximadamente 35 alumnos de inicial y primaria se queden sin estudiar, y las otras carteras ministeriales también hagan lo suyo para sacar de la pobreza a los verdaderos guardianes de nuestra selva.