El coordinador del subproyecto acuícola de Tingo María del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP), Carlos Álvarez, advirtió que el narcotráfico no solo pone en riesgo la acuicultura, sino también a la agricultura. “Los laboratorios donde se elabora la droga vierten sus desechos tóxicos a los ríos, que es la fuente de agua para los agricultores en el VRAE, el Alto Huallaga y otras zonas de la región amazónica”, precisó.
En el programa Diálogo Ambiental de INFOREGIÓN, destacó que muchos agricultores de la zona de Cachicoto, en el distrito de Monzón, hayan decidido aprovechar sus recursos hídricos para instalar pozas de reproducción de peces y se hayan dado cuenta de que «la acuicultura genera mayores rentabilidades y ayuda a que se articulen al sector turismo».
En otro momento, dijo que se ha incrementado la cantidad de productores que han apostado por la acuicultura en Tocache, Uchiza y en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).
“En el VRAE, en dos o tres años, la producción acuícola sostenida ha llegado a más de 60 toneladas de pescado fresco”, indicó.
El especialista explicó que ahora que más productores de la zona de Cachicoto están incursionando en la acuicultura, “cada vez más los agricultores están preocupados en la protección del cauce del río y rechazan el narcotráfico”.
También aseguró que el IIAP seguirá trabajando en la reproducción de peces, a fin de contribuir con el desarrollo del poblador amazónico.
Finalmente, recordó cuando, hace más de dos meses, murieron más de medio millón de larvas de paco y gamitada en las pozas de reproducción del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP) en Tingo María a consecuencia de la contaminación causada por el narcotráfico.