El Director Ejecutivo del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (CEDRO), Alejandro Vassilaqui, hizo un llamado a la comunidad nacional para salvar de las garras de la explotación del narcotráfico a los niños y niñas de las zonas cocaleras, los cuales son utilizados en el proceso de la elaboración de la droga.
Esta actividad se inicia con el recojo y acopiamiento de la hoja de coca desde los campos de cultivo, y continúa con el ‘pisado’ en las pozas de maceración llenas de insumos químicos altamente tóxicos.
Vassillaqui dijo que en el Huallaga y el valle del río Apurimac y Ene (VRAE), los hijos de los campesinos desde muy temprana edad ‘prueban’ las sustancias químicas durante el proceso de maceración de la hoja de coca, con la finalidad de saber si la mezcla está a punto o aún debe agregarse más insumos.
Pero eso no es todo. Conforme van creciendo, los menores son utilizados para el acopio de la pasta básica de cocaína, y luego para el ‘mochileo’ o traslado de la droga elaborada hacia la frontera con Bolivia, Chile y los puertos en la costa peruana, desde donde a su vez son enviados a México y Estados Unidos.
“Se trata de un proceso malvado, que todos debemos tener en cuenta. Debemos luchar y recuperar a nuestros niños, que ahora no tienen futuro. Es una responsabilidad del país”, precisó.