Narcotraficantes colombianos refinaban cocaína con protección de Sendero

La Policía Antidrogas grabó 145 comunicaciones telefónicas y radiales entre senderistas del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), y miembros de una organización del narcotráfico compuesta por colombianos y peruanos: «Los Cafeteros».

A cambio de dinero, alimentos y medicinas, los terroristas protegían los laboratorios de producción de cocaína de los narcos. Los peruanos acopiaban la pasta básica y los colombianos la convertían en cocaína pura para la exportación.

Con la información obtenida mediante la interceptación telefónica, agentes antinarcóticos pudieron identificar a los narcotraficantes Enrique Curo Canchanya, «Enrique»; Antonio Ñaupa Huamanyalli, «Toño»; y Boris Silva Meza, «Bony». También determinaron que estos mantenían enlace telefónico con Néstor Alván Núñez, «Carachama», un narco limeño encarcelado en el penal Miguel Castro Castro, en Canto Grande, Lima.

El último 28 de abril, en cumplimiento del requerimiento de la fiscal Luz Mery Zuzunaga Silva, y por mandato del juez penal de Kimbiri (La Convención, Cusco), Rolando Luján, las fuerzas antidrogas capturaron a Curo, Ñaupa y Silva en el Vraem.

Los laboratorios estaban ubicados en las alturas del distrito de Llochegua, en el área de influencia senderista conocida como Viszcatán.

UNO PARA EL OTRO

El magistrado también extendió orden de detención  para los cómplices peruanos de los colombianos, los líderes terroristas Víctor Quispe Palomino, “José”; Jorge Quispe Palomino, “Raúl”; Teodoro Benites Bustamante, “Dino”; y Eleachín Llacctahuamán León, “Viejo Julio” o “Pucañahui”.

De acuerdo con la acusación fiscal, las comunicaciones comprueban fehacientemente que los narcotraficantes se dedicaban a la producción de clorhidrato de cocaína bajo la protección de los senderistas. Es la primera vez que se judicializa un caso contra una alianza de terroristas y narcotraficantes del Vraem.

La Policía Antidrogas, basándose en el contenido de las grabaciones de los diálogos interceptados, señala que el cabecilla senderista «camarada José», Víctor Quispe Palomino, negociaba directamente con la mafia de colombianos denominada «Los Cafeteros».

La fiscal Luz Zuzunaga Silva acusa a los narcotraficantes de favorecer las actividades terroristas en el Vraem, y a los senderistas de conspiración para beneficiar las actividades de narcotráfico.

El caso se inició originalmente en el año 2008 y demandó un extraordinario esfuerzo de las fuerzas antinarcóticos para identificar a los narcotraficantes que financiaban las actividades criminales de los senderistas.

«Se tenían tanta confianza, que los jefes senderistas contaban a los narcotraficantes los ataques que hacían contra la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, el número de bajas que habían conseguido y el robo de armamento», explicaron fuentes vinculadas con el caso.

En la acusación de la fiscal Luz Zuzunaga precisa que sigue en curso la identificación de otros colombianos cuyas conversaciones telefónicas y radiofónicas con miembros de su banda y también con los senderistas fueron interceptadas por la Dirección Antidrogas.

Un dato extraordinario obtenido mediante la interceptación telefónica es que la alianza entre las organizaciones criminales se forjó entre los reclusos de Canto Grande que cumplen condena por terrorismo y narcotráfico.

Las autoridades señalan que el senderista recluido en prisión, Antonio Ñaupa Huamanyalli, quien perteneció a la organización terrorista del Vraem, sería quien estableció nexos con narcotraficantes colombianos encarcelados en el mismo penal.

EL HILO DE LA MADEJA

De acuerdo con la ubicación de las comunicaciones, los narcotraficantes y terroristas se movilizaban en el distrito de Ayna (San Francisco), provincia de La Mar (Ayacucho); en el centro poblado Rosario (cercanías de San Francisco); en el centro poblado Junín, del distrito de Llochegua (provincia de Huanta, Ayacucho); el distrito de Pichari (provincia de La Convención, Cusco); Mantaro, en La Convención; y en Boca del Mantaro, en Llochegua (Huanta, Ayacucho).

No es la primera vez que la banda «Los Cafeteros» es intervenida. El 7 de octubre de 2011, una dotación del Ejército sorprendió en la carretera San Martín de Pangoa-Puerto Porvenir-Boca Sonaro (Satipo) a un grupo de personas que trasladaba 540 kilos de cocaína pura. Entre los detenidos estaban el colombiano Edilberto Garzón Álvarez y los peruanos Néstor Alván Núñez y Ronald Montenegro Sánchez.

Al poco tiempo, Néstor Alván inició contactos telefónicos con sus compañeros de «Los Cafeteros» que seguían en el Vraem, confirmándose la existencia de la organización de narcotraficantes.

Como continuación de la mencionada intervención en Satipo, el 12 de octubre de 2011 agentes antidrogas encontraron en el laboratorio de procesamiento que «Los Cafeteros» tenían en Llochegua (Huanta, Ayacucho) un escondite subterráneo donde estaban ocultos hornos microondas, compactadoras, químicos y 415 kilos de cocaína listos para la exportación.

A continuación, el 14 de diciembre de 2011, «Los Cafeteros» recibieron otro duro golpe. En una parcela agrícola de la cooperativa San Gabriel Alto, en Chilca, Cañete, fueron aprehendidos los colombianos Jesús y Carlos Rosero Granobles, Rafael Vélez Rengifo, Adrián Herrera Jiménez, Óscar Paredes Montoya y Wilfredo Almeida De La Cruz, además de otros nueve narcos peruanos.

Se trataba de un gigantesco laboratorio de refinamiento de cocaína. Ya tenían listos 300 kilos de droga. La Policía comprobó que la pasta básica provenía del Vraem. Lo que no sabía con certeza era de dónde, y mucho menos que la producción estaba en proceso.

«Desde entonces se hizo un seguimiento de inteligencia electrónica a todos los detenidos y a los sospechosos que quedaron libres; es así que se detecta que los colombianos y los peruanos que pertenecían a ‘Los Cafeteros’ trabajaban bajo la protección de los terroristas del Vraem dirigidos por los hermanos Quispe Palomino», dijeron las fuentes relacionadas con el caso.

Víctor Quispe Palomino, quien se autoproclamó continuador de la «guerra popular» que se inició en 1980, y acusó de traidor a Abimael Guzmán Reinoso por venderse al narcotráfico en el Huallaga, terminó por hacer lo mismo: depender financieramente de «Los Cafeteros», una organización de narcotraficantes dirigida por colombianos señalada como una de las más grandes productoras de cocaína en el Vraem.

Para sustentar su acusación, la fiscal Luz Zuzunaga acreditó los números telefónicos de los narcotraficantes y la transcripción de las conversaciones con los senderistas, así como los respectivos audios incriminatorios.

«Contamos con evidencia relevante que demuestra las formas de coordinación y de actuación de una alianza estratégica concertada entre la organización terrorista Sendero Luminoso y la organización de tráfico ilícito de drogas conocida como ‘Los Cafeteros'», precisa la fiscal en la acusación.

En una de las transcripciones de un diálogo entre los narcos «Bony» y «Chino» se hace referencia al acuerdo con los terroristas:

–»Bony»: Sí, exacto. Es exacto. Ellos (los senderistas) nos van a proteger de esos huevones (fuerzas del orden). Nos van a dar ayuda. Nos van a dar la manito.

–»Chino»: Eso es por plata. Pero igual, pues. Algo se les dará, pues. Pero hay que contar con la palabra de ellos.

Así actuaba la alianza entre los narcos y los terroristas del Vraem. Mafia con mafia se entienden.

COMUNICACIONES INTERCEPTADAS EN EL VRAEM

“Marco” (DT Marco Quispe Palomino) 02-JUN-2011: “Si dos chips y dos chips de Movistar, un gran servicio”.

“Enrique” (TD) (sería Enrique Elíseo Curo Canchanya): “Si dos chips de Movistar y dos de Claro”.

“Enrique” (TD) (Enrique Elíseo Curo Canchanya) 05-JUN-2011: «(Estamos en el) Rancho de Mejorada”.

“Marco” (DT Marco Quispe Palomino): «Hummm, ayer nuestros hermanos han hecho un trabajo pue… Bueno lo han vola’o… a una patrulla completa, completa… Ajá, en… QUILLABAMBA…  Pero, bueno, así están las cosas, solo que no han confiscado las armas, pucha, eso nomás fue un problema, los demás estaba pues… excelente, excelente».

“Bellota” (colombiano, TD) 08-JUN-2011: “No parce, eso aquí está puteado, huevón, dígale a CHINO a ver qué puta va a hacer hermano, eso ya aquí está más feo otra vez”… “Que esa gonorrea de CAZADOR dizque que fue, ahorita que se lo llevaron por un problema que tenía y de una vez declaró que todos estamos acá sacando esas cosas, huevón”.

“Carachama» o «Perú” (TD): “Ya, pero ¿quién le confirmó eso que CAZADOR dijo, eso que nos van (ininteligible)”… “de todas maneras vo’a tocar, vo’a tocar tirar al piso viejo a lo villa (ininteligible).

“Bellota” (TD) 08-JUN-2011: “Parce, pero me pidieron cincuenta… pares de botas, ¿no?

“Carachama” (TD): “Que cuente con eso, la mando yo, todos los zapatos que le falta”.

CLAVES

Las interceptaciones telefónicas y radiales también facilitaron la identificación de hasta 12 proveedores de pasta básica del Vraem que abastecían a «Los Cafeteros».

Hasta el momento la fiscalía encargada del caso ha conseguido determinar que hay otros 30 miembros de «Los Cafeteros» que siguen en libertad. Esto significa que el tamaño de la organización es significativa.

De las grabaciones obtenidas por la fiscalía del caso se desprende que los narcos, cuando avistaban la presencia de las Fuerzas Armadas, informaban del desplazamiento de los terroristas, con el expreso propósito de que los terroristas emboscaran a los efectivos (La República).