Ante la desaparición del kerosene en los grifos debido a la prohibición de su venta, los traficantes de drogas han encontrado en la gasolina de 90 octanos el reemplazo ideal para poder continuar con la extracción del alcaloide de la hoja de coca para la fabricación de pasta básica de cocaína (PBC).
A esa conclusión llegaron los experimentados agentes policiales que lograron la destrucción de un gigantesco laboratorio de producción de droga en el sector Alto Espino, en el valle del Monzón, provincia de Huamalíes, Huánuco, donde se encontraron más de dos toneladas de insumos químicos, entre ellos la gasolina.
La operación policial se desarrolló con personal del Grupo de Operaciones Antidrogas Táctico en Jungla (GOATJ) de Tingo María y participó el fiscal José Huamán López. Los agentes, dirigidos por el coronel PNP Jhonel Castillo Mendieta, llegaron hasta la zona luego de corroborar información clasificada de inteligencia que daba cuenta del accionar de los narcotraficantes.
Según indicaron a INFOREGIÓN, en el lugar hallaron las instalaciones clandestinas con desembocaduras de los desagües al río Espino, afluente del Monzón, produciendo con ello gran contaminación en estas aguas.
Además del laboratorio, se hallaron motobombas y abundantes envases para almacenar la droga líquida. Se supo que minutos los traficantes huyeron del lugar al ser alertados de la presencia policial.