Mujeres artesanas de Mushuck Llacta de Chipaota buscan abrirse mercado con su arte ancestral

PERÚ.  La comunidad nativa kichwa Mushuck Llacta de Chipaota se encuentra a las orillas del río Huallaga, a 15 minutos del puerto del distrito de Chazuta, que a su vez está a unas dos horas de la ciudad de Tarapoto, en la provincia y región San Martín. En esta comunidad —que se ubica en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul (PNCAZ)— vive Blanca Luz Cenepo, defensora indígena y presidenta del comité de artesanos y artesanas «Warmi Puchkadoras«, que en español significa: mujeres que hilan o mujeres hilanderas.

Mujeres artesanas organizadas

Desde antes de la pandemia mundial por la Covid-19, Blanca lucha por consolidar una asociación que agrupe a las mujeres de Mushuck Llacta para que se empoderen a través de su arte, el cual se manifiesta en la elaboración de cerámicas y tejidos tradicionales, como las pretinas o chumbes (fajas para la cintura), con iconografía de origen ancestral. Según cuenta Blanca, con los años, se ha ido perdiendo la transferencia de conocimientos —que se realiza de generación en generación, de madres a hijas— para la creación de estos productos.

Mujeres artesanas de la comunidad nativa Mushuck Llacta de Chipaota desean revalorizar y recuperar sus costumbres ancestrales.

Para Blanca, la conformación de una asociación de mujeres organizadas permite revalorizar y recuperar esas costumbres.

A la fecha, «Warmi Puchkadoras» está conformada por 15 mujeres y 12 varones, que aportan con la confección de escobas artesanales. En la actualidad, se encuentran en proceso de inscripción en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp), acción necesaria para que puedan mostrar sus trabajos en ferias y eventos de artesanía, así como recibir apoyo del Ministerio de Cultura y otras instituciones.

El arte de la cerámica de Chazuta

En Chazuta, desde hace siglos, la arcilla se emplea para producir utensilios básicos para la casa, tales como ollas, jarras, tinajas y platos. La iconografía empleada en su decoración y las técnicas milenarias transmitidas de generación en generación, que utilizan para elaborar estas piezas de cerámica, tienen un gran significado social e identitario. Es por ello que, en 2012, la cerámica de Chazuta fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

En la década de los 80, este distrito amazónico fue afectado por acciones terroristas del grupo armado MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) y, por años, ha tenido que lidiar con la violencia y conflictos sociales que genera el cultivo ilegal de la hoja de coca. En ese escenario, la cerámica tradicional se ha convertido en una herramienta importante para el desarrollo económico local. Y frene a este potencial, Blanca Cenepo y la comunidad Mushuck Llacta de Chipaota desean visibilizar su arte y colocarlo en el mercado.

Chazuta y el desarrollo local

La comunicadora Cristina Gonzales Amasifuén, quien ha trabajado desde el inicio con esta comunidad en el proceso de formación de la asociación de mujeres artesanas, explicó que los trabajos de artesanía de muchas comunidades nativas del valle de Chazuta no alcanzan el mismo reconocimiento.

«Cuando uno visita Chazuta como turista, nos quedamos en la ciudad, porque allí podemos encontrar artesanía, cultura, museos. Mientras tanto, se quedan olvidadas otras comunidades. En Mushuck Llacta se hace lo mismo que en la ciudad de Chazuta, pero no llega hasta allá. Para visibilizar el arte de las mujeres de esta comunidad, también se está procurando impulsar el turismo comunitario, para que conozcan otros pedacitos de Chazuta, su realidad y compartan sus vivencias y ahí mismo elaborar sus artesanías y cerámicas», señaló.

Mujeres de la comunidad Mushuck Llacta elaborando tejidos. / Foto: Cristina Gonzales.

Gonzales precisó el tipo de artesanías que elaboran y las ideas que tienen para diversificar su arte. 

«Ellas elaboran artesanías de madera, a base de semillas, bordados, vestimentas típicas. También tejen cestos de bombonaje y de otros materiales. Pero, principalmente, elaboran chumbes (pretinas) con diseños kichwa, propios del bajo Huallaga. Tenemos una propuesta para que con esos chumbes se puedan hacer vinchas, carteras y pulseras. En cuanto a la cerámica, por ahora, la producción es poca; por eso es importante el interés por parte de la comunidad de recuperar sus costumbres», detalló.

Construirán una maloca multiusos en Mushuck Llacta

El pasado 21 de mayo, como parte de las actividades por el aniversario 22 del PNCAZ, el Centro de Conservación Investigación y Manejo de Áreas Naturales (CIMA) y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), que administra el parque, llevaron a cabo un acto simbólico de la colocación de la primera piedra de lo que será una nueva maloca para la comunidad Mushuck Llacta.

Cuando ya esté instalada, la maloca multiusos —como ha sido denominada— servirá como un espacio para los distintos eventos que organice la comunidad y para que los y las artesanas exhiban sus productos. Su construcción forma parte de un proceso implementado por CIMA, conocido como «Fortalecimiento Organizacional Técnico Productivo (FOTP)», mediante el cual también se subvenciona la inscripción de la asociación de artesanas en la Sunarp.

Acto simbólico de la colocación de la primera piedra de lo que será una nueva maloca para la comunidad.

CIMA y la comunidad Mushuck Llacta trabajan de manera articulada por la conservación del PNCAZ y el mejoramiento de la calidad de vida de la población desde el 2001. La siguiente etapa de esta relación de colaboración y acompañamiento se dará a través de un contrato de donación del proyecto “Fondo Semilla”, que contribuirá con la construcción de uno o dos almacenes para los productos de cerámica, con la entrega de máquinas de coser y materiales para las demás artesanías, así como con la capacitación para los y las integrantes de la asociación, y pasantías para que conozcan las experiencias de otras asociaciones constituidas.

Problemas estructurales

Al igual que Blanca, hay otras mujeres en su comunidad que lideran la lucha por el cuidado de su territorio. Mushuck Llacta ha resistido a intentos de invasiones perpetradas por otra comunidad, conformada casi enteramente por migrantes, que ha deforestado cientos de hectáreas de bosque y ha puesto en peligro la quebrada Chipaota, su principal fuente de agua, junto con el río Huallaga.

Además de proteger el bosque y su territorio, las mujeres de Mushuck Llacta luchan por tener un sistema de abastecimiento de agua potable. Hace unos 10 años, se inició un proyecto de saneamiento ejecutado en convenio con la Municipalidad de Chazuta, pero quedó paralizada a los meses de haberse iniciado, según denunció Blanca Cenepo.

«En 2013 se habilitó un proyecto de agua potable para la comunidad, pero ha quedado paralizado a poco tiempo de que comenzara. No sabemos por qué, pero ya son 10 años de eso. No sabemos si es por falta de presupuesto, porque no manejamos eso. En 2017, hemos hecho un plantón de cinco días frente la municipalidad de Chazuta, pero no conseguimos que nos escucharan. Queremos ir a Lima para exigir explicaciones», manifestó con indignación.

Cenepo remarcó que el agua del río Huallaga está contaminada y que las mujeres son las que más afectadas por la falta de agua. «Cuando llueve tenemos agua en casa, podemos bañarnos, lavar nuestras cosas, todo. Pero cuando no, tenemos que sacar agua del Huallaga. En verano, el caudal del río es menor y para llegar tenemos que ir más abajo. Acá hay mujeres ancianas que les cuesta mucho hacer ese recorrido. Nosotras somos las que más sufrimos, porque nos ocupamos de los quehaceres de la casa», resaltó.