Mitigan impacto ambiental en planta de tratamiento de aguas residuales de Ayacucho

En el marco de acciones del fomento de la gestión ambiental, la oficina de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) en Ayacucho, verificó las acciones de mitigación de impacto ambiental realizadas en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Totorilla.

Se constató la implementación de buenas prácticas que contribuyan a cuidar el medio ambiente, como por ejemplo la instalación de un módulo piloto de captura de gas metano, generados en los sedimentadores, a través de tuberías para luego ser quemado. Con esta práctica se busca reducir el impacto ambiental que genera el metano ya que es un potente gas de efecto invernadero.

Los registros del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Ayacucho (SEDA), encargada de la administración, mantenimiento y operación de la PTAR Totorilla, señalan que el caudal de ingreso de aguas residuales es de 500 litros por segundo, procedentes de 43 224 conexiones al servicio de alcantarillado urbano, se informó a INFOREGIÓN.

Al respecto, el SEDA Ayacucho informó que las aguas residuales fueron usadas en las actividades diarias de la ciudad (domésticas, comerciales, industriales y de servicios); éstas son conducidas a la PTAR donde se realiza la remoción de los contaminantes, a través de métodos biológicos o fisicoquímicos, para hacer de ella un agua sin riesgos a la salud y el medio ambiente al disponerla en un cuerpo receptor natural (mar, ríos o lagos).

“Si las aguas residuales son vertidas a un río, es necesario realizar un tratamiento adecuado para evitar enfermedades causadas por bacterias y virus en las personas que entran en contacto con estas aguas, y también para proteger la fauna y flora”, precisó Dersi Zevallos Molleda, coordinador de Sunass en Ayacucho.

El funcionario exhortó a la población a tomar conciencia y cuidar el sistema de alcantarillado ejerciendo prácticas como el no arrojar desperdicios, grasas, cabellos o sobras de comida en el desagüe y lavaderos, mucho menos arrojar basura o escombros en las alcantarillas; así como evitar arrojar en el inodoro toallas de papel, pañales, compresas o algodones.

“Estas malas prácticas obstruyen, dañan el sistema y la infraestructura perjudicando a los usuarios del servicio.  Debemos asumir una responsabilidad social para reducir el impacto ambiental con la generación de aguas residuales”, precisó Zevallos.