El Misti, es uno de los volcanes activos tutelares de la ciudad de Arequipa, cuya reactivación o erupción representaría un peligro para los más de un millón de habitantes de la ciudad arequipeña, así como para la infraestructura de gran envergadura (centrales hidroeléctricas, represas, entre otros) existente en sus inmediaciones. Por ello, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) a través del Centro Vulcanológico Nacional (Cenvul) realiza la vigilancia volcánica permanente en tiempo real, utilizando diferentes técnicas geofísicas, geodésicas y geoquímicas para identificar los primeros indicios de su posible reactivación. Una de las principales técnicas es la vigilancia sísmica.
El volcán Misti cuenta con una red compuesta por 6 estaciones sísmicas ubicadas estratégicamente en el entorno del volcán y que viene operando desde el año 2005 hasta la actualidad. Durante estos años, en el Misti se ha detectado, predominantemente, la ocurrencia de sismicidad de tipo volcano-tectónica (VT) asociada al fracturamiento de rocas que ocurren al interior de su estructura y, en menor número, sismicidad asociada al movimiento de fluidos volcánicos (vapor de agua, gases, etc.).
El análisis detallado de la sismicidad ocurrida durante el periodo 2017-2020 permitió evidenciar que la ocurrencia de esta actividad se limita a la zona del cráter del volcán. Los 180 sismos VT ocurridos son de magnitud pequeña (M<3.0) y se concentran a profundidades menores de 3.5 km por debajo del cráter. El origen de esta sismicidad ha sido atribuido a la activación o reactivación de pequeñas fallas o fracturas existentes en el interior del volcán debido a los esfuerzos generados por la inyección de fluidos magmáticos profundos (principalmente gases) que interaccionan con el sistema hidrotermal activo superficial, ubicado justo por debajo del cráter, a profundidades de 1 y 5 km.
Estas fallas y fracturas estarían interconectadas con el domo de lava visible en el cráter del volcán, por donde ocurre la desgasificación, generando fumarolas de color blanquecino (principalmente vapor de agua) que alcanzan hasta 500 m de altura sobre el nivel del cráter, muchas veces, visibles desde la ciudad de Arequipa.
Actualmente, el comportamiento sísmico y otros parámetros geofísicos no han presentado cambios, lo cual es indicativo que el sistema volcánico del Misti se mantiene “estable”. El IGP, en cumplimiento de sus competencias continúa con su labor de vigilancia permanente y la investigación sobre el comportamiento dinámico del volcán Misti para identificar las primeras señales vinculadas a una erupción volcánica, lo cual permitirá al IGP emitir alertas oportunas dirigidas al SINAGERD para la inmediata toma de decisiones. Así, el IGP continúa haciendo “Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar”.