Antonio Brack, presidente del Grupo Multisectorial encargado de revisar el proyecto de Ley de creación del Ministerio del Medio Ambiente, aclaró que la nueva entidad tendrá un nivel de supervisión y fiscalización de los diferentes sectores e introducirá la variable del desarrollo sostenible en todos los ámbitos del estado.
En ese marco, el ecólogo aseguró que el nuevo ministerio fiscalizará al sector minero “aunque aún estamos decidiendo en qué nivel” y demandó a todos aquellos que se oponen a la actividad minera, analizar lo que pasará económicamente con más de 400 mil puestos de trabajo si se cierran todas las minas.
El experto recalcó que no será función de la nueva entidad combatir a la minería informal, sino tratar de organizarlos, formalizarlos y enseñarles tecnología. “El camino es concertar y buscar salidas inteligentes a este problema, de lo contrario, si solo nos dedicamos a combatir se creará un problema más grande todavía” puntualizó.
Tala de bosques origina huaycos
El experto alertó asimismo que los cambios climáticos producidos en el mundo por la contaminación ambiental generada por el hombre tendrán serios efectos en el Perú.
Precisó que en la vertiente oriental andina se están talando casi todos los bosques, y citó los casos concretos de Quillabamba en Cusco, Chancahamayo en Junín y Carpish en Huánuco y que consecuencia de esta acción irracional es la violencia de los desbordes y huaycos registrados últimamente.
«Toda esa tala de bosques, que además contribuye al calentamiento global por el CO2 emitido, está originando huaycos y desbordes cada vez más agresivos, como en Aguaytía», resaltó.
El experto precisó que los desbordes e inundaciones no se dan simplemente porque son desastres naturales, “Los desastres son producidos por nosotros mismos, en la vertiente occidental igual, tenemos que comenzar a monitorear nuestros ecosistemas para proteger la vida de las personas y para garantizar la economía», alertó.
Altos costos por la contaminación
Brack denunció asimismo que las aguas contaminadas y no tratadas, como los efluentes de Lima y otras ciudades del interior del país, originan enfermedades que cuestan al país unos seis mil millones de soles al año en curar diarreas, y que solo en Lima mueren al año cuatro mil personas por el aire pestilente que se respira.
«En Lima, para tener cáncer al pulmón no hace falta fumar, basta respirar, así de contaminado está nuestro aire», enfatizó al tiempo que pidió invertir en lograr una mejor calidad de vida para la población y disminuir la contaminación del diesel que va a la atmósfera.