Para cubrir la demanda necesaria para la entrada en vigencia del uso del gasohol se necesita 60 mil hectáreas de caña de azúcar y apenas existen dos empresas que están produciendo para el mercado de biocombustibles, explicó el ingeniero Demetrio Manche Espinoza, experto de la Dirección de Promoción de la Competitividad Agraria del Ministerio de Agricultura.
“La producción no abastece la demanda nacional. Están exportando el alcohol que producen a Europa”, afirmó el ingeniero. En otro momento, informó que el Ministerio de Energía y Minas está evaluando tener un diálogo con los industriales y quizá levantar la medida postergando el uso del gasohol.
“Hay un diálogo, hay una apertura del Ministerio de Energía y minas para conversar y ver lo más conveniente para el Perú, no es algo definitivo” aseveró el especialista en diálogo con INFOREGION.
Hay mercado para la caña de azúcar
El ingeniero Demetrio Manche, experto de la Dirección de Promoción de la Competitividad Agraria del Ministerio de Agricultura dijo que existe un mercado importante para los agricultores de caña de azúcar, lo que es una buena oportunidad para ingresar a cultivar productos alternativos.
“Existe una demanda para cumplir con el abastecimiento de etanol. En el Valle de los ríos Apurímac y Ene y en el Alto Huallaga existen condiciones de clima y suelo para esa agricultura”, afirmo Manche Espinoza.
Manche contó que algunos productores ya siembran para fabricar chancaca y lo usan en guarapo, un alcohol del fermento de caña, pero lo hacen de manera artesanal. Es por ello que los agricultores necesitan créditos para desarrollarse en el cultivo de caña de azúcar.
Informó que los pequeños productores pueden juntarse y pedir un crédito a Agrobanco o al Ministerio de Agricultura que tiene dos programas de fondos no reembolsables que se viabilizan a través de planes de negocio.
El especialista aseveró que los préstamos también van acompañados de capacitación, asistencia técnica y se les brinda insumos estratégicos.
Manche Espinoza también dijo que los grandes capitalistas que están dispuestos a invertir en el cultivo de caña de azúcar necesitan ciertas condiciones mínimas como la seguridad jurídica y que no haya conflictos sociales en la zona para que puedan trabajar.