Los mineros ilegales instalados en las zonas de Algamarca y La Chilca, en la provincia de Cajabamba, región Cajamarca, producen más de 25 kilogramos de oro a la semana sin control alguno de parte de las autoridades, es decir, no pagan impuestos y contaminan el ambiente.
Además, estos mineros contratan a menores de edad para la extracción del mineral y lanzan todos sus desechos a las quebradas cercanas que discurren al río.
Sergio Sánchez Ibáñez, gerente de Recursos Naturales y Medio Ambiente (Renama), del Gobierno Regional de Cajamarca, pidió la intervención de la Sunat en el negocio ilícito que se desarrolla hace muchos años en la provincia de Cajabamba con la extracción de oro.
Al lamentar la muerte de dos trabajadores, entre ellos un menor de edad, en La Chilca, el funcionario aclaró que este problema sí es competencia del Gobierno Regional de Cajamarca y le toca resolverlo, en alusión a las declaraciones del gobernador regional, Porfirio Medina, quien trató de deslindar responsabilidad alguna en este tema.
Hace dos años, el Gobierno Central encargó al gobierno regional el proceso de formalización de la minería informal. “La formalización concluyó en abril del año pasado, por lo tanto quienes no se acogieron a dicho proceso están en calidad de ilegales”, reiteró.
Sostuvo que la solución del problema es competencia compartida con las entidades del Estado, y pasa por la interdicción de la minería ilegal, que en su momento llegó a ocupar a más de 2,500 trabajadores, entre ellos nuchos menores de edad, en La Chilca.
En otro momento, Sánchez pidió la rotación del personal policial de la provincia de Cajabamba, por permitir el transporte de materiales e insumos altamente peligrosos en la extracción de oro en la zona. “Si se deja sin insumos a la minería ilegal, se acaba esta actividad”, acotó.
Por último, afirmó que el lugar donde operan los mineros ilegales es un área devastada con muchos pasivos ambientales; todos los desechos discurren a las quebradas Chupalla y Choloque, que van a parar al rio de Cajabamba.
Recientemente, en La Chilca, dos personas murieron por causa de gases tóxicos en el interior de un socavón de donde extraían oro. Las víctimas fueron identificadas como Deuner Frank Salirrosas Luis (de 17 años) y Hernán Franklin Bautista Huingo (de 22), quienes realizaban tareas de extracción del preciado mineral sin las condiciones mínimas de seguridad.
Al respecto, el obispo de Cajamarca, José Carmelo Martínez, lamentó el accidente en el que perdieron la vida dos trabajadores, al mismo tiempo formuló un llamado a las autoridades a tomar una decisión efectiva buscando el bien común frente a este problema.
Desde hace una década muere gente en esta zona y alrededores a consecuencia de la minería ilegal, “En reunión de autoridades, hace unos años alguien propuso terminar con esta actividad sin costo social, pero no se llegó a concretar”, sostuvo el obispo.
En otro momento, manifestó que los ambientalistas –aquellos que protestan contra la minería formal– no hacen tanta bulla frente al problema de muerte y contaminación que ocasiona la minería ilegal. “Estamos ante una actividad ilícita que mata directamente y los ambientalistas no dicen nada”, puntualizó.