Minería informal se metió en el fútbol peruano

Los directivos de Unión Fuerza Minera (UFMIN), convocaron para hoy lunes a los medios de comunicación al auditorio del IPD-Juliaca, para desmentir las acusaciones del técnico Martín Dall’orso. Este acusó al presidente del Club, Serapio Sucasaire, y sus hermanos, de haberlo agredido brutalmente junto a su hijo y la esposa de este.

La agresión tendría su origen en el penal que falló Martín Dall’orso Junior, frente a Aetas de Oro y dejó fuera de la Copa Perú a Fuerza Minera.

La conferencia la dará el presidente del UFMIN, Serapio Sucasaire, directivos y algunos jugadores. El gerente de deportivo, Walter Ferro, en diálogo con La República, adelantó quenegarán rotundamente las acusaciones del DT.

DE LA MINA A LA CANCHA  
La violencia que sufrió Martin Dall’orso, prueba que la violencia de la minería informal se trasladó a las canchas.

UFMIN hace honor a su nombre. Sus principales directivos son mineros informales que operan en el asentamiento minero de La Rinconada, ubicada a 270 kilómetros al norte de la ciudad de Puno. La zona no solo es conocida por ser el mayor centro de minería informal del país. También tiene la reputación de ser un lugar donde las diferencias se solucionan a balazos. «No hay semana donde no aparezca una persona muerta en la calle con un impacto de bala», sostienen las autoridades puneñas.

En ese mundo, el presidente Club Deportivo Unión Fuerza Minera, Serapio Sucaisaire, y sus familiares hicieron fortuna. La deferencia que le tienen es porque se imponen ante su adversario bajo los mismos o peores métodos que usa el común de la gente para defender sus intereses.

“Si no te dan la cara envían a su gente e igual te corretean a balazos. Son abusivos. Como aquí (La Rinconada) no hay ley, nadie les dice nada. Se creen dueños del mundo. Mandan a pegar. Ellos dicen que con su plata compran a quien sea”, aseguró a La República un minero que trabajó para los Sucasaire. El testigo pidió guardar su nombre en reserva por temor a las represalias.

Serapio Sucasaire fundó Unión Fuerza Minera en 2009. Es el mayor de cuatro hermanos. Los dos que le siguen son Omar y Ramiro. Ellos también habrían estado entre los agresores, según denunció Dall’orso. Al igual que los demás socios del club, los hermanos Sucasaire también trabajan en la minería informal, que no reconoce de derechos laborales ni cumple con el cuidado al medio ambiente.

Serapio Sucasaire ostenta mejor posicionamiento económico formal porque cuenta con su propia empresa denominada Inmicons Gold Star Rock Drill. Esta firma se dedica al rubro de minería y construcción. Fue constituida un mes después de la creación de UFMIN con un capital de más de 500 mil soles. Lo hizo con el propósito de darle legalidad a la riqueza que acumuló en la minería informal.

La condición actual que le reconocen a Sucasaire en la Rinconada es la de “Contratista”. Se les conoce así a las personas que contratan foráneos para hacerlos trabajar como mineros bajo la modalidad de “cachorreo”. Consiste trabajar para el patrón un mes gratis y en recompensa se les permite usufructuar la mina durante dos días. Todo el mineral que consigan en ese tiempo se reparte entre los mineros. Los contratistas nunca pagan impuestos, según la Dirección Regional de Energía y Minas.

QUIERE FORMALIZARSE
En diálogo con La República vía telefónica, Serapio Sucasaire admitió que se dedicó a la minería ilegal hace bastante tiempo, pero niega que en la actualidad siga en esas condiciones. Pero una prueba de su ilegalidad es que decidió ingresar a la formalizacióny para ello presentó su declaración de compromiso de la concesión “Ana María 1” a nombre de su empresa Inmicons. Cuenta además con la concesión “Ananea 1” en el distrito de Cuyo Cuyo, provincia de Sandia. A través de Inmicons, licitó con varias instituciones públicas.

Serapio Sucasaire aseguró que sus ingresos provienen solo de su empresa. Empero, no supo explicar cómo accedió a la maquinaria pesada que cuesta miles de dólares.

En La Rinconada nadie habla más de lo necesario de los directivos de Unión Fuerza Minera. Menos de los Sucasaire. “Esos no creen en nadie. Si no te pegan mandan a su gente y todo lo consiguen a la mala, a balazos. Ni que les insulten ellos te mandan a investigar y te amenazan”, aseguró una mujer pallaquera.

Quizá por eso el último incidente registrado tras la eliminación de Unión Fuerza Minera sería solo un incidente más de los Sucasaire.

A PUNTA DE PISTOLA
Serapio y sus hermanos han escrito varios episodios a punta de pistola. A la denuncia de los Dall’orso, se suman otros antecedentes. En 2010, la prensa local difundió un incidente en el que Serapio, según varios testigos, esperó que Real Garcilaso y Argüedas de Andahuaylas jueguen un partido definitorio en Juliaca para cobrar una ‘deudita’ de 50 mil soles. Ingresó armado a la pollería La Granja de Juliaca y cobró a un grupo de jugadores cusqueños porque les había entregado dinero para que se ‘echen’ en un compromiso anterior y no lo hicieron. Solo recuperó 20 mil.

En ese mismo año, botó de mala forma al DT Jorge Machuca tras perder su primer partido. Peor la pasó el técnico Rufino Bernales, del que cuentan fue correteado a balazos por la plaza de Putina tras un mal resultado y lógicamente renunció. El ‘Gato’ Espino también sufrió del estilo Sucasaire. Uno de los Sucasaire arrojó una botella y le rompió la cabeza. Le pagaron los gastos médicos, le entregaron un dinero y el exjugador nunca denunció el hecho.
Con estos antecedentes, Serapio Sucasaire postuló en 2002 y 2006 a la alcaldía del municipio de Quilcapuncu, provincia de San Antonio de Putina. Nunca salió elegido. (Liubomir Fernández/La República)