La economía ilegal del oro ilegal tiene muchos puntos en común con la economía de la cocaína. Ambas son actividades ilícitas. Emplean a decenas de miles de trabajadores en el proceso productivo. No pagan impuestos. Son economías básicamente de exportación. En dólares FOB ambas pueden llegar a ser cerca del 10% del valor exportado.
Ambas son sujetas de intervención estatal: insumos fiscalizados, interdicción y erradicación, incautación de bienes finales.
Ambas operan en medio de un proceso de conflicto/cooperación con la Policía Nacional, la Fiscalía, el Poder Judicial, gobiernos locales, gobiernos regionales y el Congreso.
Hasta ahora en el caso del narcotráfico, el Estado viene perdiendo el combate por puntos. En el caso del oro “ilegal” la batalla aún se viene planteando y se espera que el aprendizaje anterior haya servido.
La economía nos dice que mejor que dinamitar la maquinaria pesada al lado de un río (que se tiene que hacer también) es fortalecer la lucha contra el lavado de activos, siguiendo la cadena de valor.